Paseo de Montejo

Paseo de Montejo  Es la principal avenida de Mérida. Paseo público, considerado la vía residencial y de comunicación de mayor importancia desde principios del siglo XX, hasta la actualidad. Leopoldo Tommasi López, en su libro La ciudad de ayer, de hoy y de mañana, menciona que el 2 de enero de 1888, en el salón de actos del Instituto Literario del Estado, se celebró una solemne sesión presidida por el gobernador Guillermo Palomino, para estudiar la conveniencia y posibilidad económica de construir un paseo público que fuera digno de la ciudad de Mérida. La iniciativa se aprobó y fue nombrada una junta directiva encargada de llevar a cabo la obra, integrada por Gonzalo Peón, presidente; Eloy Haro, vicepresidente; José Gómez, Gumersindo Ceballos y Eulalio Casares, vocales, y Rafael R. Quintero, secretario. También se nombró una comisión responsable de estudiar y señalar el sitio más adecuado para construir el paseo, compuesta por los ingenieros Gregorio G. Cantón, David Casares y Antonio Espinosa, además de dos representantes de la junta directiva, los ingenieros Rafael R. Quintero y José Gómez. El informe de la comisión propuso «abrir las manzanas comprendidas entre las calles 58 y 56, al norte de la ciudad, desde el Parque Santa Ana hasta la casa-quinta de don Eusebio Escalante, situada en los confines de la ciudad». Se formó una tercera comisión para recaudar y administrar los fondos de la obra, compuesta por Eloy Haro, Fernando Cervera, Eulalio Casares y Gumersindo Ceballos, ampliada después con Enrique Cámara, Juan Hermida y Manuel Rubio.

De acuerdo con Tommasi López, el 19 de enero de ese año se aprobaron los detalles del proyecto definitivo, así como la ubicación y ancho del Paseo. Se acordó construir «una calzada central de 20 varas para carruajes y cabalgaduras; dos banquetas laterales de a 5 1/2 varas cada una para peatones, y dos calles laterales también, de a 12 varas de ancho cada una, paralelas a las banquetas, para el tránsito público». El ancho inicial de 55 varas, se redujo a 50 (42 m), al momento que se inició la construcción del Paseo. El último acuerdo de la junta directiva fue denominarlo Paseo del Adelantado Montejo. Se empezó la construcción el 5 de febrero con un fondo inicial de 5,858 pesos, reunidos a través de diversas donaciones de particulares. Los terrenos costaron 14,760 pesos, por lo que el déficit fue cubierto por Eulalio Casares, Rafael R. Quintero, Fernando Cervera, Eloy Haro y Gonzalo Peón. Sin embargo, con el paso del tiempo las donaciones privadas fueron decayendo y las públicas no se presentaron, por lo que las obras se suspendieron por 10 años, hasta que en 1898, el gobernador del estado, Francisco Cantón, las reanudó con aportes económicos de la Tesorería General.

Para 1901, se habían construido 2,640 m2 de calzada central y 880 m2 de aceras laterales; para 1902, ya habían 18,880 m2 de calzada central y 1,045 m2 de aceras. Tommasi López señala que «el Paseo de Montejo, en su primer tramo comprendido entre la calle 47 y la glorieta de Justo Sierra, fue terminado, tal como existe hasta hoy, por el gobierno del licenciado don Olegario Molina» con un costo de 172,122 pesos. El Paseo de Montejo ha tenido tres etapas de construcción llevadas a cabo en épocas distintas: la primera de la calle 47 hacia el Norte, hasta la glorieta donde se erigió el monumento a Justo Sierra, con una longitud de 1,280 m lineales; la segunda, realizada en 1925 durante el gobierno de Álvaro Torre Díaz, de 440 m lineales, hasta la glorieta que luego albergó el Monumento a la Patria, y la tercera, que comunicó el monumento con la colonia Méxic», en una extensión de 1,200 m lineales siempre hacia el Norte, ejecutada por el Ayuntamiento de Mérida. En el gobierno de Humberto Canto Echeverría, en 1938, se cambió el nombre al Paseo por el de Nachi Cocom, aunque nunca fue usada tal denominación, y se construyó una amplia desviación hacia el Campo Deportivo Salvador Alvarado. En la administración del general Alvarado se pretendió prolongar el Paseo de Montejo hacia el Sur, pero no se hizo por las complicaciones económicas, técnicas, sociales y urbanísticas que se presentaron. En el actual Paseo de Montejo se localiza, además de la estatua de Justo Sierra O’Reilly, ubicada en el cruzamiento con la calle 33, y del Monumento a la Patria, el monumento a Felipe Carrillo Puerto, en el cruzamiento con la calle 37.

A principios de siglo XX, a ambos lados del Paseo de Montejo se construyeron mansiones al estilo del neoclásico francés, rodeadas de amplios jardines, de acuerdo con la moda prevaleciente en Europa, entre ellas el Palacio Cantón, propiedad del general Francisco Cantón, que actualmente es el Museo Regional de Antropología e Historia la Casa Cámara, de gran belleza la Casa Beatriz y las Casas Gemelas. También se construyó la Escuela Modelo, fundada en 1910 por la Liga de Acción Social. En la segunda mitad del siglo XX, muchas de las construcciones fueron demolidas para levantar edificios modernos destinados a agencias de automóviles, bancos, hoteles, supermercados y centros nocturnos, entre otros giros. En 1991, por acuerdo entre la gobernadora de Yucatán, Dulce María Sauri, y la alcaldesa de Mérida, Ana Rosa Payán inició el arranque del Paseo de Montejo, equivocadamente llamado remate, en el extremo sur localizado en la calle 47. Sin embargo, es hasta enero de 1995 cuando se inicia la obra, que ocupa una extensión de 1,580 m2, con jardines en el costado y una glorieta central, que lleva por nombre Parque de los Fundadores, dedicado a los compositores «Pepe» Domínguez, «Guty» Cárdenas y Ricardo Palmerín. Actualmente la avenida tiene una longitud total de 4 km lineales y con el paso de los años ha cambiado de fisonomía, pasando de una vieja arquitectura de influencia francesa a una más moderna de marcada influencia estadounidense.