Plagas agrícolas

Plagas agrícolas  Bajo esta denominación, se engloba a todos aquellos insectos y demás invertebrados que atacan a las plantas cultivadas y al multiplicarse en grandes números ocasionan graves daños a las cosechas. Es importante señalar que, en general, las especies calificadas de plagas forman parte de los ecosistemas y se les encuentra en las zonas agrícolas o sus alrededores. En condiciones normales no causan daños, ya que sus poblaciones se mantienen en niveles bajos por la mortalidad natural y la depredación que sufren por otros animales. Se convierten en un problema cuando su multiplicación se incrementa por cambios en las condiciones ambientales o por reducción de las poblaciones de depredadores que usualmente las mantienen controladas. También es importante señalar que en el trópico, las plagas se ven favorecidas por los monocultivos. Los insectos considerados plagas pueden dividirse en tres grandes grupos, según sus hábitos alimenticios: masticadores, barrenadores y chupadores o succionadores. Los primeros destruyen los tejidos vegetales con las mandíbulas para ingerir los trozos. Ejemplares de ellos son la langosta y los llamados gusanos, como son las larvas de mariposas nocturnas, los escarabajos y otros animales. Los barrenadores poseen también eficientes órganos masticadores, pero no atacan al exterior de la planta sino que penetran a ella, especialmente en sus partes finas, como el cogollo, las yemas y los frutos, buscando alimento o protección. Un ejemplo es el minador del frijol. Finalmente su marchitamiento. A este grupo pertenecen las chinches, los pulgones, los picudos y las mosquitas. Entre los principales cultivos de la Península de Yucatán y las plagas que los afectan se encuentran:

Henequén. Son dos las principales plagas del henequén en Yucatán: un pequeño escarabajo barrenador llamado max, en maya, y Scyphophorus interstitialis, en la nomenclatura científica, y la chicharrita, Homalodisca hambletoni, succionadora. El max, de color oscuro y 15.3 mm de longitud, abunda principalmente en los meses más lluviosos —de julio a octubre— aunque sus poblaciones disminuyen en la sequía intraestival de agosto. Ataca sobre todo al cogollo o masa central de hojas. Ahí oviposita y las larvas excavan túneles que afectan a la planta en su crecimiento, rigidez y posición normal y pueden incluso causarle la muerte. También perfora las hojas, con lo cual la fibra se decolora y, si el daño es grande, se reduce su longitud. Para combatirlo se utiliza un procedimiento que consiste en atraerlo a lugares impregnados de insecticida. Como atrayente se utilizan trozos fermentados de las propias hojas de henequén. La chicharrita, llamada también mosquita del henequén, abunda sobre todo después de las lluvias y afecta en mayor o menor grado al 70% de las plantas. Mide hasta 13 mm y es de color oscuro, con anaranjado en la porción ventral de la cabeza y dos manchas amarillas un tanto fosforescentes a los lados del abdomen. Se le reconoce fácilmente porque cuando se trata de tocarlos, los adultos se desplazan lateralmente. Es muy costoso y difícil combatirla por medios químicos.

Pastos. En los pastizales, la plaga principal es la llamada: mosca pinta de los pastos, nombre con el que se designa a varios insectos de los géneros Aeneolamia y Prosapia, parecidos entre sí. Su nombre común obedece a que en las alas anteriores, que son oscuras, tienen dos manchas transversales de color claro. La especie más abundante es A. contigua (antes posticia). Mide entre 7 y 8 mm y tiene un ciclo de vida de 45 días, de los cuales la tercera parte vive como adulto. En su fase de ninfa se le llama también: salivazo, ya que se cubre con una secreción espumosa para protegerse de los depredadores. Los daños los causa en esa fase y en la de adulto; en ambos casos succionando los jugos de la planta. Como ninfa ataca la raíz y la parte baja del tallo y puede hacer que la planta se seque. Como adulto, ataca principalmente a las hojas, en las cuales alrededor del punto de picadura aparece una mancha blanquecina o clorosis que se va extendiendo hasta que toda la hoja se seca. Al parecer, los pastos más susceptibles son el Buffel y el Guinea, en tanto que el Estrella de África presenta cierta tolerancia. Las infestaciones se combaten de diversas maneras: quemando los pastizales para destruir a los insectos y sus huevecillos, mediante ciertas prácticas de pastoreo que mantienen bajo el zacate, con aspersiones de insecticidas o por control biológico, particularmente con chinches que atacan y matan a la mosquita en su fase de ninfa. Esta plaga también afecta a la caña de azúcar, al maíz, al arroz de secano y otras gramíneas.

Maíz. La plaga más grave de este cultivo tanto en la Península como en el resto de México es el llamado gusano elotero. Se calcula que en promedio destruye el 25% de las cosechas. Es la larva de una palomilla o mariposa nocturna, Heliothis zea, que como adulto se alimenta del néctar o polen de las plantas y deposita sus huevecillos, 50 por postura en los cabellos del elote. Al nacer las larvas, devoran los granos, sobre todo los del extraño de la mazorca. Esta plaga ataca también a otros cultivos. El gusano cogollero, Spodotera frugiperda, es igualmente larva de una palomilla que oviposita en el envés de las hojas, dejando los huevecillos cubiertos por un material algodonoso de color blanco. El nombre común de cogollero obedece a que las larvas para alimentarse penetran al cogollo, donde perforan las hojas tiernas. El gusano soldado, Pseudaletia unipuncta, ataca tanto al maíz como al sorgo. Afecta a las hojas y es particularmente voraz. La araña roja, Oligonychus mexicanus, por su parte succiona el jugo de las hojas. Otras plagas del maíz son la gallinita ciega, Phyllophaga spp, un pequeño escarabajo cuya larva ataca a la raíz, y los barrenadores del tallo, Zeadiatraea spp, que son larvas de mariposas nocturnas.

Frijol. Entre las plagas que afectan al frijol en la Península pueden mencionarse en especial la chicharrita, Empoasca fabae; el minador de la hoja, Xenochalepus signaticollis y la mosquita blanca, Trialeurodes vaporiorum. La chicharrita, de 3.5 mm de longitud y color amarillento o verde pálido, es chupadora y provoca la decoloración y marchitamiento de las hojas, lo cual reduce considerablemente la producción de frijol. El minador es un pequeño escarabajo de 7 mm de longitud color café negruzco, con rayas longitudinales amarillo rojizo. Oviposita en las hojas y al nacer las pequeñas larvas se alimentan barrenando las hojas, en las cuales forman galerías o túneles donde después se metamorfosean. De la mosquita blanca se habla con relación al tomate. Otras plagas del frijol son la doradilla, Diabrotica balteata, pequeño escarabajo que se alimenta de las hojas y el minador, Liriozyma spp, que también ataca el follaje.

Tomate. El insecto más perjudicial para los cultivos de tomate en la Península es la llamada mosquita blanca, Trialeurodes vaporariorum, que también ataca a otras muchas hortalizas. Mide sólo 1 o 2 mm de longitud y está cubierta de una sustancia polvosa blanca. Succiona los líquidos de la planta, haciendo que las hojas se sequen y arruguen. Debido a ello, a la plaga se le conoce también como mulix del tomate (mulix, en maya, significa: rizado). Su mayor peligrosidad estriba en que transmite enfermedades virales mediante las picaduras. A los cultivos de tomate los atacan también el gusano elotero, ya descrito, y la arañuela roja, Tetranychus telarius. El gusano barrena los frutos cuando aún no maduran y una sola larva puede dañar varios, ya que cada vez que muda durante su desarrollo pasa de un tomate a otro. Los agujeros que perfora también facilitan infecciones con hongos y otros microorganismos. La araña roja es un diminuto ácaro chupador que causa la decoloración y muerte de las hojas. Su presencia se advierte porque en el envés del follaje se observa una especie de telaraña que en casos de infección severa se extiende hasta las ramas y el tallo. Ataca a una gran cantidad y diversidad de cultivos.

Otras hortalizas. Al melón lo atacan el barrenador, Diaphania spp, que también es plaga de la calabaza, y el pulgón verde, Aphis gosypii, succionador. El barrenador penetra al fruto y ocasiona su pudrición por la entrada de microorganismos. Durante la metamorfosis, las larvas se instalan en la punta de las hojas, las cuales enrollan y cubren con seda para protegerse. El pulgón hace que las hojas se marchiten y mueren por la pérdida de savia. También transmite virosis. Esta plaga afecta asimismo a la sandía. Al chile habanero lo ataca sobre todo el barrenillo del chile, Anthonomus eugenii, que mide 6 mm de longitud y es la larva de un pequeño coleóptero picudo. Ataca al fruto y si la infestación es severa, se puede perder el 50% de la cosecha.