Playas Son acumulaciones de material arenoso de origen marino. En las playas de la Península de Yucatán que se localizan en las costas del Golfo de México predomina la arena blanca formada por restos de conchas y caracolas y son casi ininterrumpidas. Las del Caribe están constituidas de algas y corales, lo que explica que su color sea más blanco y su textura más fina y se ven interrumpidas por afloramientos rocosos. Juan José Morales señala en El mar y sus recursos, que la arena de las playas de la Península es de origen biológico, que se forma y se renueva continuamente «en un interminable proceso a medida que nacen, crecen y mueren los organismos marinos».
Los depósitos arenosos conforman una angosta franja de terreno, ligeramente ondulado, que se despliega a lo largo del litoral del Golfo de México y cuya altura media sobre el nivel del mar, generalmente no excede los 3 m. Las playas yucatecas se distinguen por la presencia de pequeñas dunas o médanos que se forman por el movimiento que imprime el viento a las partículas de arena, dada la posición que guardan respecto de la trayectoria general de los vientos o brisas del Norte y Noreste, dominantes la mayor parte del año en la línea de costa. A través de un corte transversal, las playas muestran tres secciones bien diferenciadas la anteplaya, constituida por un moderado declive hacia el mar y cuya anchura suele variar debido a las fluctuaciones que registra la marea la interplaya o porción central, que se distingue por sus terrenos ligeramente ondulados a consecuencia de la formación de dunas, y la trasplaya, formada por terrenos planos, ligeramente inclinados hacia la ciénaga que las limita por el lado de la tierra firme.
En las dunas costeras de la Península existe una gran cantidad y diversidad de especies vegetales, muchas de ellas únicas, con formas y características muy semejantes a las de zonas desérticas o semidesérticas, que crecen en la proximidad del mar, por ejemplo cactos y nopales. Juan José Morales indica que la vegetación de playa es muy importante ya que estabiliza la arena y protege a las dunas de la erosión causada por el viento y las olas, especialmente en caso de tormenta. Asimismo, permite la conservación de la avifauna, que en la Península significa refugio y alimento para casi 100 especies de aves terrestres, residentes y migratorias. También existe en las playas arenosas una gran diversidad de animales, entre los que predominan los crustáceos, como el cangrejo.