Palacio Municipal (Valladolid) Se encuentra en el costado oriente de la Plaza Principal. En la época en que fueron descritas por López de Cogolludo se ubicaban allí casas consistoriales o casas del Ayuntamiento. El edificio era de un solo piso, de gruesas paredes, construido de cal y canto. Constituía la sede del cabildo vallisoletano, en donde se daban las audiencias y las juntas de justicia. En aquel entonces, el cabildo estaba integrado por dos alcaldes ordinarios (primero y segundo), tres regidores, un alguacil mayor, un alférez mayor, un procurador general y un depositario general.
Posteriormente, las casas consistoriales o casas del Ayuntamiento fueron reestructuradas para transformarse en el actual Palacio Municipal, edificio que fue terminado en 1864, siendo gobernador de Yucatán el coronel Felipe Navarrete, destacado militar vallisoletano.
El 16 de julio de 1703, en el interior del antiguo edificio, fue ejecutado Fernando Hipólito de Osorno, primer alcalde de Valladolid, por los alcaldes en funciones, recién electos: Miguel Ruiz de Ayuso (primero) y Fernando Urquiza y Tovar (segundo); este hecho ha pasado a la historia, como el «Crimen de los alcaldes» y, como la propia historia consigna, tanto Fernando Hipólito de Osorno, como Pedro Gabriel de Covarrubias, el otro asesinado en este trágico episodio, fueron enterrados en la iglesia de San Roque. Durante la Guerra de Castas, en 1847, los nativos mayas, levantados en armas, irrumpieron en el antiguo edificio y destruyeron valiosos archivos de la época colonial. Después de 1864 dos hechos históricos deben consignarse: el confinamiento en la cárcel del Palacio del general Francisco Cantón Rosado, aprehendido en su hacienda en marzo de 1869. Estuvo a punto de ser fusilado en un costado del atrio de la iglesia del suburbio de Santa Ana; habiéndose suspendido la ejecución al llegar oportunamente el amparo federal. El 4 de junio de 1910, los precursores de la Revolución Mexicana, entre ellos el coronel Claudio Alcocer, al frente de 50 campesinos de la hacienda Kantó, tomaron el Palacio Municipal, siguiendo los acuerdos del Plan Revolucionario de Dzelkoop.
El edificio tiene en su parte frontal, dos pisos. En su planta baja se aprecian 11 arcos de medio punto, sostenidos por 12 columnas de piedra labrada. El arco central está sostenido por columnas dobles. En la planta alta se aprecian 11 balcones, todos ellos con pisos de piedra labrada.