Presentación de flores Tradición católica muy arraigada en Yucatán y practicada durante mayo. Se efectúa de lunes a viernes de cada semana. Todas las tardes de mayo están dedicadas a la Virgen María. Los templos se ven engalanados con la presencia de numerosos niños que concurren acompañados de sus madres, para mantener vigente una tradición que alimenta la devoción mariana y cumple una de las peticiones de la Madre de Dios, según la religión católica «rezar el rosario en familia». En esta ceremonia se utilizan las flores de mayo, para rellenar cada uno de los orificios de la madera en forma de M, de la que sobresale en su parte superior una pequeña cruz. La ceremonia empieza una hora antes de los oficios religiosos y participan madres e hijos, quienes en la mayoría de los casos apenas alcanzan los cinco años de edad. Éstos acuden ordenadamente a colocar las flores vestidos de blanco. Las niñas lucen en la cabeza un lazo albo y un velo de tul. Los niños van con pantalones cortos, calcetines blancos y camisa del mismo color. En sus manos llevan una canastita de mimbre, dentro de la cual depositan las flores que reciben en las bancas traseras del templo, de manos de dos personas situadas en las alas de la iglesia. Sus madres cantan y rezan el rosario y los niños colocan en la M, antes de cada misterio, las flores que también pueden ser azucenas, pompones, bugambilias o de una planta conocida como jardinera. Con mucho cuidado ensartan la flor en los orificios del madero hasta completar, a la par que el rosario, una M multicolor. Con nuevos cantos de alegría se procede a una oración de despedida. Esta tradición es antigua y se remonta a España y llega con la Conquista. En otras épocas, las niñas acudían a presentar flores en mayo y los niños en junio. Simbólicamente esta ceremonia es una forma de destacar la maternidad de la Virgen María.