Peraza y Cárdenas, Martín Francisco (1804-1872) General. Hijo de Francisco Peraza y Montalvo y Manuela Cárdenas y Escobedo, nació en Mérida, Yucatán, el 30 de enero de 1804. Cuando el general Antonio López de Santa Anna se sublevó, proclamando presidente a Vicente Guerrero, Peraza lo acompañó distinguiéndose en el ataque y toma de Ahuatepec, a 2 leguas de Perote, Veracruz, el 1 de octubre de 1828. Al sublevarse Santa Anna contra Anastasio Bustamante en enero de 1832, Peraza fue nombrado comandante de un baluarte del puerto jarocho y segundo jefe de la segunda línea de defensa, para después salir a Tampico y encabezar la rebelión del Batallón Activo. Con el general Moctezuma rechazó el ataque del general gobiernista Mier y Terán, y se internó en San Luis Potosí, donde dirigió la batalla de Hacienda de Pozo del Carmen, destrozando a las fuerzas del general bustamantista Pedro Otero, quien murió en la acción. Posteriormente mandó el ala derecha de los rebeldes en la célebre Batalla del Gallinero contra el propio general Bustamante, quien salió vencedor, y cuando triunfó la Revolución fue designado teniente coronel y comandante de Tampico. Un decreto del gobierno de Tamaulipas de 26 de septiembre de 1883, lo declaró ciudadano del estado junto con Valentín Gómez Farías, Lorenzo de Zavala, Manuel Crescencio Rejón, Andrés Quintana Roo y otros próceres del Federalismo. Al entregarse el presidente Santa Anna a los reaccionarios en 1833, Peraza fue destituido de la comandancia de Tampico y acusado de organizar un movimiento contra dicho presidente.
Huyó a Nueva Orleáns, donde con José Antonio Mejía y Valentín Gómez Farías preparó un desembarco sorpresivo en Tampico; pero el mal tiempo impidió las operaciones y tras heroicos combates, se reembarcó con José Antonio Mejía. En la columna de Ramírez Sesma, se batió contra los rebeldes de Texas; tomó parte en la captura del álamo y fue herido en la acción de San Jacinto, donde cayó prisionero y permaneció detenido en la isla de Gálveston. Una nueva revuelta federalista lo llevó a Tampico en 1838 y tomó parte en la derrota que infligieron al general gobiernista Martín Perfecto de Coss; pero al final la rebelión fracasó y Peraza huyó a Nueva Orleáns. Retornó a Yucatán el 1 de mayo de 1840, cuando era el bastión federalista al que llegó a asilarse Valentín Gómez Farías, y fue nombrado ministro de Guerra y Marina y llevó luego a Texas, ya República independiente, la comisión de alquilarle tres barcos de guerra con los cuales volvió a Yucatán, evitando así que la escuadrilla texana atacase los barcos y puertos yucatecos como anteriormente hacía, pues esto hubiese agravado la situación de los federalistas que luchaban contra la invasión de las tropas centralistas, que al fin capitularon en Tixpéual. Peraza y Cárdenas fue diputado local; representó a su estado en la Legislatura Federal de 1852-1853. Jefe de la línea oriental contra los indígenas sublevados, fue elogiado por el éxito que alcanzó al combatirlos por el sistema de guerrillas. Comandante militar y gobernador de Yucatán en 1857, firmó los tratados de límites con la nueva entidad de Campeche. Se consagró como escritor al realizar la biografía de José Antonio Quijano, en El Repertorio Pintoresco, de Mérida. Reconoció al imperio de Maximiliano, aunque no hizo armas contra los liberales, y volvió a las banderas de la República cuando su sobrino, el coronel Manuel Cepeda Peraza, sitió Mérida. Presidente de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, y de la Junta Auxiliar de Mérida, falleció en esta ciudad el 5 de enero de 1872, víctima de tuberculosis, ya con el grado de general de Brigada.