Peón Losa, Rafael Empresario y alcalde de Mérida (1898). Considerado como el introductor en Yucatán de las corridas de toros a la usanza española. Primer presidente de la Compañía de Luz y Fuerza Eléctrica de Yucatán, quien trajo la primera planta de energía eléctrica al estado, cuyo servicio público fue inaugurado el 5 de mayo de 1892. Proyectó el primer adoquinado de la ciudad de Mérida y fue colaborador entusiasta del gobierno del general Francisco Cantón (1898-1902). Heredó de sus padres, Simón Peón y Venancia Losa, varias haciendas ganaderas, entre ellas la de Sinkehuel, cuyos toros criollos fueron famosos por las cualidades que presentaban en los peculiares festejos taurinos propios de la región. La afición por la fiesta de los toros la recibió de su abuelo Alonso Manuel Peón y Valdés, caballero de la Orden de Calatrava, quien fuera capitán general de provincia en España. En 1891, compró a Joaquín Murube, famoso ganadero español, cinco toros y 40 vacas de una excelente vacada para reproducirlos en Yucatán.
Con Peón Losa llegó el andaluz Antonio Pedroza, su colaborador en la cría de ganado para la lidia. Con experiencia, cuidado e interés se logró una cruza perfecta entre la vacada traída de España y se produjo un toro netamente yucateco, caracterizado por su tamaño, fuerza, belleza y bravura, lo que permitió ofrecer buenos espectáculos taurinos. Fue entonces cuando en Yucatán se empezaron a presentar verdaderas corridas de toros a la usanza española y se construyó el Circo Teatro en el que se presentaron muchas de las primeras figuras de la época, entre ellos Rodolfo Gaona. El 16 de febrero de 1911, la ganadería de Rafael Peón Losa tuvo a su cargo el cartel para la corrida del día, en la Ciudad de México, donde se lidiaron ocho excelentes toros. En 1906, en una de sus propiedades, la hacienda Chunchucmil, ofreció un suntuoso banquete al general Porfirio Díaz, durante su visita a la entidad. También fue propietario de la casa ubicada en el costado sur de la Plaza Grande, donde nació el poeta Peón Contreras. Fue primer caballero de la Orden del Santo Sepulcro en Yucatán.