Peniche Vallado, Maximiliano (1894-1970) Maestro, abogado y hombre público. Nacido y fallecido en Mérida, Yucatán. Cursó sus estudios primarios, superiores y profesionales en esta ciudad, como el Instituto Literario de Yucatán y la Escuela de Jurisprudencia y Notariado. En 1918 terminó su bachillerato, y fue nombrado catedrático de gramática castellana en la Escuela Preparatoria del propio Instituto Literario. Años después, impartió en esa institución las cátedras de aritmética razonada y lógica. En 1927 ya era abogado y lo designaron jefe de la Defensoría Legal del Estado, durante el gobierno de Álvaro Torre Díaz. Posteriormente, fue abogado consultor de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán. Ejerció como abogado postulante y notario público, hasta que en 1930 fue nombrado rector de la Universidad del Sureste, y poco después, secretario general de gobierno, cuando la administración estatal de Bartolomé García Correa. En 1934, fue electo senador de la República por el estado de Yucatán, y en 1935, con licencia de la Cámara Alta, retornó a Yucatán para encargarse de la Secretaría General del gobierno interino de Fernando López Cárdenas. En 1938, fue abogado del Departamento Jurídico, durante la gestión de Humberto Canto Echeverría, y como tal formó parte de una comisión jurídica encargada de revisar los códigos entonces vigentes, en materia civil y penal, y redactar con criterio moderno, los que fueran necesarios, pues aquéllos databan de la época de la dictadura porfiriana.
Maximiliano Peniche Vallado, así como los abogados Rafael Matos Escobedo y Hernán Canto Echeverría redactaron los nuevos Códigos Civil, de Procedimientos Civiles, de Defensa Social y de Procedimientos en la misma materia. También renovaron la Constitución Política del Estado y otros cuerpos de leyes. En este período, participó además en la redacción de la ley que creó Henequeneros de Yucatán, en cumplimiento de la autorización otorgada por el gobierno del general Lázaro Cárdenas a la administración estatal, para formar una asociación de interés público con los productores henequeneros, como base de la Reforma Agraria. El 22 de octubre de 1942, el Consejo Universitario, en sesión solemne, lo eligió rector en sustitución de Joaquín Ancona Albertos, quien se separó del cargo por desacuerdos con el gobernador de entonces, en una época en que aún no adquiría carta de naturalización la autonomía universitaria. Y en estas condiciones, quedó prácticamente anulado el acuerdo del Consejo y no se consumó la toma de posesión del nombrado. En 1942, salió de Yucatán para residir en la Ciudad de México, en donde desempeñó el cargo de secretario general de acuerdos del Tribunal Colegiado de Circuito, presidido por Arturo Cisneros Canto. Durante varios años dirigió, en el campo de la iniciativa privada, una empresa litográfica pero por motivos de salud regresó a Mérida, donde terminó sus días. A sus actividades de catedrático, jurista y funcionario público, unió una clara vocación literaria, tanto en su juventud como en su madurez. Es autor de cuentos y narraciones, siempre con finalidades sociales, ensayos sobre temas económicos que quedaron inéditos o bien, aparecieron en periódicos y revistas. Particularmente, se interesó por la economía y la agricultura henequeneras, de las cuales hizo estudios muy importantes que desafortunadamente no integraron volúmenes y los originales respectivos no fueron conservados.