Pitahaya Su nombre científico es Hylocereus undatus y en maya se le conoce como wob. Pertenece a la familia de las cactáceas. Planta perenne, trepadora, que por lo general crece sobre árboles o piedras; tiene abundantes raíces fibrosas y desarrolla muchas raíces aéreas que le ayudan a fijarse a los tutores o a las piedras con el fin de obtener humedad o nutrientes.
La palabra pitahaya es antillana y significa fruta escamosa. En el folleto El cultivo de pitahaya en Yucatán, del ingeniero Adolfo Rodríguez Canto y editado por la Universidad Autónoma de Chapingo y el gobierno del estado, se menciona que en la región se encuentran la pitahaya roja, en maya: chakwob, la pitahaya amarilla y la pitahaya orejona, en maya: xiquin, estas dos últimas no tienen valor comercial porque la amarilla presenta una sola tonalidad de color en toda la fruta y cáscara, y la orejona, porque se caracteriza por tener frutos más pequeños y escamas grandes.
Los tallos son triangulares y tienen espinas que miden de 2 a 4 mm de largo. La flor es blanca, tubular y hermafrodita, es decir que tiene órganos masculinos y femeninos. Llega a medir entre 20 y 30 cm y abre sus pétalos durante la noche.
El fruto mide de 10 a 12 cm de diámetro y es de color rojo o amarillo cubierto con escamas su pulpa es dulce, de color gris claro, salpicado de numerosas semillas que miden 3 mm de diámetro, de color café oscuro o negro y contienen aceite con propiedades laxantes.
La planta puede ser cultivada en árboles que son denominados por el autor «tutores vivos» y en albarradas. Para el sistema de tutorado se procede al amarre de los esquejes al árbol, mientras que en el sistema de albarrada las ramas se colocan verticalmente deteniéndolas con piedras colocadas en la base. Puede crecer desde el nivel del mar hasta los 1,850 m de altura y requiere temperaturas de 18° C hasta 26° C (el límite máximo puede ser mayor), con precipitaciones de 1,200 a 1,500 mm anuales. Se puede cultivar en climas cálidos subhúmedos, así como secos y el suelo debe tener excelente drenaje así como un buen contenido de materia orgánica.
Para cultivar la pitahaya hay que seguir los siguientes pasos primero, se tienen que seleccionar los esquejes de plantas productivas sanas, jóvenes y de buen tamaño y debe realizarse después de iniciada la floración, que ocurre entre mayo y agosto segundo, hay que enterrar el gajo de 5 a 10 centímetros, abonándolo con materia orgánica para conservar la humedad y propiciar el rápido enraizado.
Las plagas que atacan en el estado de Yucatána esta planta son: hormigas, x’kizay (hormigones), moscas de la fruta, kokayes, pájaros y tuzas, que causan daños que disminuyen la calidad del fruto y la producción.
La cosecha de la pitahaya se realiza de junio a septiembre e incluso la primera mitad de octubre. El rendimiento de cada planta dependerá de la edad, sistema de plantación y manejo de éstas. Después de la cosecha, debe acondicionarse para su venta como fruta fresca recortándole las escamas y empacándola para su posterior consumo, que puede ser al natural como fruta fresca, aunque también se acostumbra preparar una bebida macerando la pulpa y agregando jugo de limón.
En el trabajo de Rodríguez Canto se menciona que «el contenido químico de 100 gramos de la parte comestible de la pitahaya, de acuerdo con un análisis hecho en Colombia es el siguiente calorías 36 agua 89.4 gramos proteínas 0.5 g grasa 0.1 carbohidratos 9.2 fibra 0.3 y cenizas 0.5 calcio 6.0mg; fósforo 19.0 mg tiamina 0.01 riboflavina 0.03 niacina 0.02 y ácido ascórbico 25.0.
«La pitahaya tiene aplicaciones medicinales, ya que los frutos poseen la captina que es un tónico cardíaco y las semillas contienen un aceite de efecto laxante. El fruto es eficaz para la gastritis en tanto que el tallo y la flor se utilizan para curar afecciones de los riñones, así como para preparar un shampoo casero para controlar la caspa y el dolor de cabeza.» En Yucatán se siembra en los municipios de Halachó, Maxcanú y Espita, principalmente.