Pavía Espinosa, Joaquín (1885-1916) Precursor de las conquistas obreras y de las garantías sociales que se plasmaron en el artículo 123 y en la Ley Federal del Trabajo. Nació en Mérida, Yucatán, y aún pequeño se trasladó con su familia a la Ciudad de México, donde residió hasta el día de su muerte, a los 31 años de edad. Al iniciarse el movimiento antirreeleccionista, encabezado por Francisco I. Madero, se incorporó a la lucha política. En 1911, junto con varios amigos, fundó el Club Político Instructivo de Obreros Cuitláhuac, del que posteriormente fue su presidente. El Club formuló un programa de acción que incluía el establecimiento de la jornada laboral de ocho horas, pensión para trabajadores ancianos, asistencia médica, instrucción, campaña contra los vicios, entre otros puntos. El Club celebró reuniones dominicales donde los oradores explicaban los derechos de los trabajadores y uno de sus connotados colaboradores fue el periodista Rafael Martínez, ampliamente conocido por su seudónimo «Rip-Rip». En estas reuniones se ofrecía a los asistentes la actuación de la orquesta típica integrada por los asociados, así como conciertos de música clásica, arias de ópera, principalmente.
En las elecciones de 1911, para integrar el Ayuntamiento de la Ciudad de México, el Club, que contaba con 800 miembros, postuló como candidatos para regidores a Joaquín Pavía y a otros destacados miembros de la intelectualidad y de la clase trabajadora capitalina, entre ellos a Camilo Arriaga, Juan A. Mateos, Luis Sierra, Ciro Z. Esquivel y al coronel Antonio Villarreal. Pavía Espinoza creó un parque recreativo para obreros y sus familias y al acto inaugural, el 24 de diciembre, asistió el presidente de la República, Francisco I. Madero. En esa ocasión, Rafael Martínez pronunció un candente discurso e intervino una costurera de la fábrica La Sinaloense, entonces en huelga, que explicó al primer mandatario sus duras condiciones de trabajo y sus bajos salarios, y le pidió garantías en contra de las intimidaciones del inspector general de policía. En el acto, Pavía Espinosa expuso sus temores de una traición surgida en las filas del viejo ejército federal que atentara contra Francisco I. Madero, por lo que le sugirió al mandatario que depurara y redujera los efectivos militares, aplicando los recursos economizados en el pago de la deuda pública, acrecentara el número de escuelas y organizara una guardia nacional que le guardara plena lealtad. Para enfrentar los riesgos de una invasión promovida por las compañías petroleras establecidas en territorio nacional, se dedicó con amigos y partidarios a dar instrucción militar a todos los trabajadores que lo solicitaran. Participó en la fundación del Partido Popular Obrero, legalizado el 23 de mayo de 1912, y se convirtió en un destacado dirigente, con contactos en varios estados del país. Durante el gobierno de Victoriano Huerta fue aprehendido, encarcelado en la penitenciaría de la ciudad y sujeto a proceso. Sólo cuando el dictador Huerta fue depuesto, Pavía Espinosa recuperó su libertad. Además de la actividad política, se dedicó a la fotografía y a diseñar y construir instrumentos industriales de su invención. Junto con su esposa se dedicó a atender pobres y enfermos y, víctima de tifo, falleció en la Ciudad de México.