Pasaje de la Revolución Lugar que originalmente unía a la Catedral de Mérida con el edificio del arzobispado, por medio de las capillas de San José y del Rosario, que eran los oratorios del obispo, a las que se ingresaba por una puerta lateral de la Catedral. La primera capilla se encontraba en el extremo que da actualmente a la calle 60 y la segunda, al extremo de la calle 58. En 1916, por disposición del general Salvador Alvarado, se construyó el Pasaje de la Revolución eliminando las capillas y clausurando ventanas y puerta de acceso lateral de la Catedral a éstas. Se techó con estructura de hierro y vidrio y en cada extremo se construyó un arco, los cuales en la década de los 40 fueron demolidos ante su deterioro. Como hecho histórico-político, el Pasaje de la Revolución significó la separación Iglesia-Estado, al convertir el Palacio del Arzobispado en recinto para menesteres oficiales y para actividades culturales.