Rehabilitación

Rehabilitación  El término significa volver a habilitar, o sea, restituir una función que se ha perdido por alguna causa o que no se efectúa porque no se ha enseñado a hacerla, por lo que su campo de acción es muy amplio. Dentro de la salud pública, la rehabilitación constituye la tercera variedad de atención, ya que la primera es la prevención y la segunda es la curación. Las primeras acciones fueron muy antiguas y muy simples, tales como dotar de bastones o muletas a los que tenían dificultad para caminar; después vinieron las prótesis o artefactos para sustituir una extremidad o parte de ella. Mucho del avance se debió a los cirujanos militares. Del siglo XVII en adelante, se aplicaban diversos inventos, como el de los lentes graduados, las trompetas acústicas o la escritura en relieve de Braille para los ciegos; más recientes son las prótesis dentales, los programas educativos para débiles mentales y la atención de sordomudos; actualmente ha cobrado gran importancia la acción psicológica en el campo de la drogadicción. Para conocer la dimensión del problema, la Organización Mundial de la Salud, OMS, realiza encuestas en los países; en 1978 se estimó que en México el 7% de la población tenía algún tipo de invalidez que necesitaba de atención; en 1984 se calculó que el 40% de los discapacitados requería atención en el primer nivel; 20% en el segundo y 10% en el tercero; el resto (30%) se consideró imposible de rehabilitación. En Yucatán, hace 15 años, se estimó en 15,000 el número total de discapacitados, cifra que en 1995 el INEGI trató de actualizar; es posible que a la fecha sean 140,000, de los cuales una buena parte reciben atención, ya que han ido aumentando las instituciones y centros de tratamiento, tanto oficiales como privados. Para la exposición de este tema y su desarrollo a través del tiempo en Yucatán, que por primera vez se presenta en su conjunto, se ha dividido en varios campos, que por orden alfabético son: buco-dental; cardiaca; educativa; extremidades; fonación; oído y auditiva; ojos y vista y psicológica. En cada uno se explicará su comprensión, su historia y su situación actual.

Buco-dental. Los problemas pueden ser de labios, paladar, maxilar inferior y sistema dentario, afectando la estética y funciones como la masticación y la fonación. Las soluciones pueden ser mediante la cirugía o por medio de prótesis. Aunque desde el siglo XIX se hacían prótesis en los Estados Unidos de América, la mención más antigua en Yucatán es de 1901 en que el médico y cirujano dental Juan de la C. Monforte anunció hacer «orificaciones, coronas de oro y de logan, dentaduras de puente, dentaduras sin paladar, etc.» También desde principios de este siglo, la cirugía resolvía casos de labio leporino y de paladar hendido. En años recientes, la Cruz Leonística estableció un programa para la atención de estos dos últimos problemas.

Cardiaca. Tiene dos áreas: la física y la funcional. En la física están la implantación de marcapasos y de válvulas, así como la sustitución del corazón. La implantación de marcapasos fue iniciada en 1974 por el doctor Miguel Esquivel Escalante. Las primeras implantaciones de válvulas se hicieron en el hospital del IMSS, que en 1992 ya había realizado dos. En enero de 1992 el doctor Carlos Humberto Wabi Dogre realizó la primera valvuloplastía mitral por medio de cateterismo.

Educativa. Es la dirigida a los menores con déficit mental. No hay constancia de que en épocas pasadas se hiciera algo para atenderlos. El primer esfuerzo se realizó en 1965, debido a la promoción de Aurora Cruz de Corona, que reunió a padres de familia, consiguió donativos y levantó una escuela que lleva el nombre de Dr. Roberto Solís Quiroga, dotada de 10 aulas y talleres de carpintería, panadería, costura, cocina y agricultura, bajo la dirección de la profesora Beatriz Núñez Erosa; trabaja en dos turnos, el matutino para menores de 15 años y el vespertino para mayores de esa edad; cuenta con vehículos para el traslado de los alumnos, 120 en total. Parte del personal es pagado por la SEP. En 1972, se creó el Centro de Terapia Educativa (CTDUCA), para niños con síndrome de Down; su fundadora y directora es la profesora Beatriz Celis Gamboa; en 1978 tuvieron local propio; cuenta con 10 maestras para 90 alumnos. En 1982, la SEP fundó el Centro de Orientación, Evaluación y Canalización (COEC), bajo la dirección de la psicóloga Isabel Cicero Ortiz; se estudia a niños con problemas para formular el diagnóstico y canalizarlos a la institución más adecuada, para lo cual cuenta con 18 profesionistas y atienden más de 400 casos anuales. También en 1982, se constituyó legalmente el Patronato Peninsular Pro-Niños Down, promovido por Aurora Cervera de Payán, Vilma Campos de Rodríguez, Olga Hernández de González y Guadalupe Mier y Terán de Solís, con el apoyo de la Asociación Nacional APAC. Pero en 1989, cambió su nombre al de Patronato Peninsular Pro-Niños con Deficiencia Mental. En 1989, su directiva estuvo presidida por Elsie Cisneros de Seguí; en 1993, comenzaron a edificar un albergue que llevaría el nombre de Betzabá, para alojar 150 niños, que contaría con aula, talleres, dormitorios y demás servicios; en 1994 estaban avanzadas las obras. En 1988, la Asociación Pro-Paralítico Cerebral, (APAC) fundó una escuela en Mérida para 40 casos. Por otra parte, Aurora Cruz de Corona, en 1983, presidió una asociación civil llamada Pastoral del Amor, que tenía como objetivo ayudar a los niños con deficiencia mental; en 1987, consiguieron un local y se abrió el Centro de Atención para Niños Deficientes Profundos, que en 1991 se complementó con el albergue San José. En 1992, comenzó a funcionar una escuela llamada Microsistemas Educativos AC, a cargo de la profesora María Teresa Almeida y la licenciada en informática Laura Vallejos Vargas; lo interesante de esta escuela es que resulta la primera en el país que utilizó la computación para la educación de estos casos.

Extremidades. Como se apuntó, este tipo de rehabilitación es muy antiguo, comenzando con las prótesis sencillas y aun algo de cirugía que los hindúes practicaron desde el año 500 a.C. Entre los mayas no hay representación de ello. Ya en el siglo XVI, los españoles introdujeron las muletas; después, las piernas de madera y las manos con garfios, ambos muy populares entre los piratas desde el siglo XVII. Después se utilizaron elementos moldeables para hacer brazos y manos postizos. En las primeras décadas del siglo XX comenzaron a hacerse en Yucatán las prótesis metálicas, sobre todo después de las primeras epidemias de poliomelitis (de 1940 en adelante) y su cauda de niños inválidos, destacando en aquellos años los talleres de los hermanos Santiago y Gustavo Galaz Chacón y el del señor Pinzón. En esa época se inició también la cirugía ortopédica con los doctores Carlos Heredia Gutiérrez, Enrique Escalante Alfaro (quien en 1947 fundó la Unidad Ortopédica del Hospital O’Horán), Miguel Medina Salazar, Ricardo López Hernández, Jorge Muñoz Rubio, Fernando Cámara y Cámara, Renán Alzina Lizama, Jorge Castillo Maldonado y Fernando Guzmán Espinosa, quien fundó el Hospital Ortopédico o del Niño Lisiado en 1952. En el aspecto de asistencia social, la Ciudad Vicentina atiende a 115 inválidos. En 1986 retornó a Mérida el doctor Juan E. Quintal Velasco, primer especialista en medicina física y rehabilitación, quien estableció un gabinete particular y trabajó en instituciones oficiales.

Fonación. La estimulación del lenguaje en sordos y débiles mentales es una actividad de rehabilitación ardua, aparte de que algunas veces es necesaria la cirugía para corregir defectos orgánicos, sobre todo de la laringe. Requiere de equipo estimulador y de educación especial. La SSA inició en 1960 la fundación de centros en diversos puntos de la República; en Mérida, en 1974, se comenzó la construcción del Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE), por la SEP en coordinación con el DIF.

En 1981 empezó a funcionar una institución privada, el Centro de Lenguaje y Aprendizaje, atendido por las técnicas en lenguaje Evangelina Peralta de Lara y Rosa Angélica Aranda Lara.

Oído y audición. La sordera algunas veces es hereditaria, pero en general es adquirida. En los niños era frecuente como consecuencia de otitis media, pero el tratamiento antinfecciones oportuno ha disminuido mucho esta causa. En cambio, la frecuente exposición a ruidos altos ha hecho que en adolescentes y adultos la disminución de la agudeza auditiva sea un verdadero problema de salud pública; los expertos estiman que del 18 al 28% de la población padece algún grado de sordera. En 1993, se realizó algún muestreo en Yucatán, dando el 15% de afectados. Hasta principios del siglo XX se usaron las trompetas acústicas, que pasaron de moda; por los 40 se perfeccionaron los equipos de audiometría y se iniciaron los esfuerzos por obtener aparatos portátiles electrónicos, con ajuste individual, a partir de 1970 se profundizaron estas prótesis. En Yucatán, el primer esfuerzo oficial para atender el problema se inició en 1961 con la fundación del Centro de Audiología del INPI. En 1992, la iniciativa privada abrió dos instituciones; una es el Centro Tomatis del Sureste, dirigido por la licenciada María del Carmen Casares Espinosa de Solís, que imparte cursos educativos ayudados por equipos especiales y la otra es la Clínica de Oftalmología y Audiología (MEDYTEC), donde efectúan diagnóstico y evaluación de problemas de audición y se prescriben y adaptan auxiliares auditivos.

Ojos y vista. La rehabilitación se efectúa en tres áreas: cirugía, que comprende la corrección del estrabismo, la extracción de cataratas, la enuclación de ojos y el trasplante de córnea; las prótesis, que pueden ser anteojos, lentes de contacto, lentes intraoculares y ojos artificiales, y el educativo, que incluye el aprendizaje del sistema Braille, el uso del bastón y de perros amaestrados. La corrección de defectos visuales por medio de lentes se desarrolló en Europa en el siglo XVII y fue introducida en Yucatán por los españoles; se traían espejuelos con lentes de distintas graduaciones y cada quien adquiría el que le convenía o acomodaba; después de la Independencia se traían de la Ciudad de México. En 1892, B. Lawrence era agente de ventas de lentes; en 1908, se anunciaba la «antigua óptica de D.S. Brunner» en la calle 63 con 58, y en 1911, lo hizo también Pedro Bassin. El primer optometrista graduado que llegó a Mérida fue Otto Milke, quien estableció su óptica en la calle 62 con 65. En 1917, Ramón Espadas Aguilar se graduó de doctor en optometría en Filadelfia y al retornar a Mérida instaló un gabinete y taller anexo para fabricar los lentes. Las primeras intervenciones quirúrgicas fueron hechas en 1841 por el doctor Samuel Cabot, oftalmólogo estadounidense que acompañó a John L. Stephens en el viaje a Yucatán; operó muchos casos de estrabismo y algunos de cataratas. En 1852, el doctor Manuel Campos operaba cataratas en Campeche, y de 1870 a 1880 lo hizo en Mérida el doctor Ricardo Sauri, quien fue el primero en emplear anestesia local, como cocaína. La enuclación de ojos en malas condiciones la hicieron Sauri y luego Saturnino Guzmán; en esa época hay referencia del uso de ojos artificiales para esos casos. La primera operación de trasplante de córnea fue hecha en la Cruz Leonística, el 13 de febrero de 1952, por el doctor Carlos J. Castilla Centeno. El método Braille tal vez haya sido aprendido fuera de Yucatán por algún carente de vista en buena posición económica; en 1930 se abrió el Centro de Educación Especial para Carentes de Vista y Disminuidos Visuales, incorporado a la SEP, bajo la dirección de la profesora Mirna Navarro Basto; en 1980, al fallecer la señora Consuelo Gutiérrez de Berzunza, donó su casa y sus bienes en favor de este centro, a través de la Fundación Berzunza Gutiérrez, lo cual permitió extender las actividades a Tekax y Espita.

Psicológica. Dentro de este campo se considera la rehabilitación de alcohólicos y drogadictos. Se puede consignar que los primeros esfuerzos en forma organizada comienzan en 1950, al establecerse el primer grupo llamado de Alcohólicos Anónimos y su Programa de Doce Pasos; actualmente hay más de 250 grupos en el estado y constituyen el eje y sostén de las actividades rehabilitatorias de alcohólicos. De 1958 en adelante, el Hospital de Enfermedades Mentales Ayala atendía en su consulta externa casos de alcohólicos y drogadictos, lo que es continuado a partir de 1977 en el nuevo Hospital Psiquiátrico Yucatán, incluyendo el Servicio de Internamiento. En 1976, comienza a funcionar el Centro de Integración Juvenil bajo la dirección de la psicóloga Aída Marín Díaz, como hasta la fecha, incluyendo en su personal psiquiatras, psicólogos y trabajadoras sociales siendo sus atenciones en consulta externa. En 1980, es fundado el Instituto para la Orientación y Rehabilitación de Drogadictos (IORDAC), con capacidad de internamiento para 12 personas.

La institución más importante (cuarta en el mundo) es fundada el 23 de septiembre de 1985, por el padre Raúl Ignacio Kemp Lozano con el nombre de Albergue para Alcohólicos Cottolengo, el cual primero fue sólo para hombres, pero en 1989 se amplió con la construcción de la sección para mujeres (primera en Hispanoamérica). Actualmente se le denomina Centro de Salud y Escuela para el Tratamiento de Enfermos Alcohólicos; tiene capacidad para 120 hombres y 20 mujeres; el período de tratamiento dura nueve meses y desde su fundación a la fecha ha ayudado a 1,300 personas. Con el mismo propósito rehabilitatorio se han fundado albergues en Motul con capacidad para 70 personas; Valladolid, para 40, y Progreso, para 10.