Radiodifusoras

Radiodifusoras  Los primeros experimentos con las ondas electromagnéticas hertzianas, que posibilitaron el desarrollo posterior de la radiodifusión en Yucatán, se suscitaron el 15 de septiembre de 1913, cuando el presbítero Santiago Saldaña lanzó al espacio las primeras ondas desde la torre del Observatorio Meteorológico del Colegio de San Ildefonso. Debido al éxito del experimento, numerosos alumnos y maestros del Instituto Literario visitaron las instalaciones del Colegio, hasta que en febrero de 1915, el gobierno de Abel Ortiz Argumedo prohibió el uso de tal experimento. Sin embargo, la administración del general Salvador Alvarado permitió la instalación de una estación radiotelegráfica del gobierno federal, a espaldas de la Penitenciaría Juárez, que funcionó con las siglas XAM, La Inalámbrica, y se utilizó como estación costera para comunicarse con los barcos y la población de Payo Obispo, hoy Chetumal, Quintana Roo; uno de sus primeros operadores fue el radiotécnico telegrafista Manuel Palma. La evolución tecnológica de la radiofonía en los países industrializados, permitió que rápidamente se fuera modernizando este sistema de transmisión, lo cual posibilitó que en 1924, con la fundación de la Academia Marconi, se introdujeran en la Península de Yucatán, vía Estados Unidos, los primeros aparatos receptores y poco después se inició su comercialización. Irving Berlín Villafaña y Carlos Puc Noh, en su ensayo sobre la radio en Yucatán, La otra caja de Pandora: origen y evolución, señalan que dos años antes, en 1922, debido a la expectación provocada por tan novedoso sistema de comunicación, Arsenio Carrillo Fernández, propietario de una biblioteca situada en la calle 62, entre 65 y 67, decidió, con el apoyo de los hermanos Arturo y Alfredo Mendoza, invitar a todos los profesionales y técnicos del ramo para intercambiar impresiones y estudiar la posibilidad de formar una agrupación dedicada al estudio de las radiocomunicaciones. La cita fue el 22 de mayo y a ella acudieron Crescencio Gutiérrez, jefe de la oficina de Telégrafos Nacionales de Mérida Manuel Medina P., jefe de la Comisión Geodésica de Yucatán, entre otros. El resultado fue la constitución del primer club de radioaficionados yucatecos, que se llamó Asociación de Aficionados Radiotelegrafistas de Yucatán, y fue presidida por el ingeniero Manuel Medina. Sin embargo, tras el golpe militar delahuertista, que truncó la vida del gobernador Felipe Carrillo Puerto, se ordenó la confiscación de todos los aparatos del club y los golpistas se hicieron cargo directo de las transmisiones. Superado el trance político-militar, algunos técnicos de radiotelegrafía que habían participado en el club, decidieron fundar una academia que ofreciera las carreras de radiotelegrafista y radiotelefonista, a la cual le pusieron por nombre Marconi y el 6 de octubre de 1924 se firmó el acta constitutiva.

En esta tercera década del siglo XX, ante la impresionante expansión de la radiocomunicación, Berlín y Puc destacan en su investigación que las familias acomodadas de Mérida contaban ya en sus hogares con radio receptores rústicos con uno o dos audífonos, mientras que el pueblo conocía la radio sólo de referencia o asociándose a algún club cultural que lo tuviera como espectáculo. Este es el caso de la Sociedad Progreso y Recreo de Espita, que adquirió un aparato receptor por conducto de su presidente, o los cafés públicos como la Panificadora Yucateca y La Sin Rival, de Mérida, que brindaban a los parroquianos noticias y conciertos, tanto nacionales como estadounidenses. Los primeros intentos por abrir el mercado para los radiorreceptores fueron llevados a cabo por dos casas comerciales que los importaban de Estados Unidos la tienda de Germán Struck, especializada en material eléctrico, e Importadora, S.A., propiedad de los señores Solís y Martínez. Esta última instaló un pequeño equipo transmisor de música y esparcimiento, cuya nominación al aire fue «27-A», en 1925, y que estuvo a cargo de Juan Montalvo, convirtiéndose así en la primera estación transmisora, con la concepción que actualmente se tiene de la radio. La segunda estación transmisora fue construida ese mismo año por Juan, Eduardo y Rafael Martínez Cantón en el local de la Liga Central de Resistencia. Esta emisora tenía 100 vatios de potencia y se identificó inicialmente con las siglas CYY, que más tarde cambió a las de XEY, «La Voz del Partido Socialista». La programación incluía noticias sobre la Liga, música y poemas declamados por los artistas de la época, así como Los inolvidables lunes culturales. A fines de 1928 abandonó su carácter cultural e inició la transmisión de anuncios comerciales en pequeña escala. Dos años más tarde, en 1930, se inauguró la primera estación comercial con una potencia mayor de 100 vatios, la XEFC, patrocinada por el comerciante Julio Molina Font, que contribuyó al desarrollo artístico de muchos valores juveniles yucatecos. Su principal locutor fue el joven Rafael Rivas Franco, pionero de la Organización Radio Peninsular. En 1933, el gobernador Bartolomé García Correa patrocinó la construcción de la difusora XEZ, la cual también contribuyó al desarrollo artístico luego apareció la XEME, construida por Arturo Piña, cuya planta transmisora tenía una potencia de 50 vatios, y su programación incluía La hora del aficionado, conciertos y conferencias. Se formó más tarde la estación XEFK, fundada en 1938, propiedad de Manuel Zapata Espinosa, por el rumbo de lo que hoy es la colonia García Ginerés, que transmitía desde las ocho de la mañana hasta las 11 de la noche y anunciaba comerciales, música clásica, folclórica y regional; su potencia era de 250 vatios y el sistema usado era de amplitud modulada. Le siguieron la XEMQ, «Eco del Comercio», de Lázaro Achurra y Hernán Padrón Mangas, y la XEQW, que sustituyó la XEME. De esta etapa también es la estación XEMH, Radio Mérida, fundada en 1941 y cuya concesión fue otorgada a Manuel Araujo, que más tarde formaría parte de la organización Sistema Radio Yucatán. Para la década de los 40 ya se habían sentado las bases de la industria radiofónica yucateca con sus dos grandes cadenas regionales, Sistema Radio Yucatán y Organización Radio Peninsular.

Por lo que respecta al Sistema Radio Yucatán, los socios Lázaro Achurra y Hernán Padrón, concesionarios de la XEMQ, consideraron en 1958 que para llenar una función social era necesario enviar una señal más potente que cubriera el interior del estado, por lo que adquirieron un equipo de onda corta de 2,560 vatios de potencia. Para abril de 1960 esta estación fue adquirida por Raúl Domínguez Lara y Alberto García Bolio, con lo que Sistema Radio Yucatán inició una nueva etapa, conformada por seis radiodifusoras XHPY, La Tropical XEMQ y QM, Las Panteras XEMH,La Romántica XEVG, Radio Sensación; XEUL, La Barracuda, en Progreso, y XEUP en Tizimín. Nueve años después José Laris Iturralde, director de Cadena Rasa, adquirió las acciones de García Bolio y con ello, las radiodifusoras del Sistema se convirtieron en las primeras en utilizar la red nacional de microondas. En ese proceso la XEMQ se unió con la XEQM, que a partir de 1970 iniciaron la transmisión de música popular. Actualmente este conjunto de estaciones radiofónicas porta el nombre de Sistema Radio Rasa y sus instalaciones están ubicadas en la calle 62, entre 63 y 65. En cuanto a la Organización Radio Peninsular, fundada por Rafael Rivas Franco y cuya primera estación fue la XEFC, La Voz de Yucatán desde Mérida, actualmente está integrada por las estaciones meridanas XERRF, Radio Lobo XEQW, La Poderosa XEYW, La Nueva, y XHMRI-FM la XEYK, Radio Mágica, de Motul XEME, Radio Valladolid, y XECPQ, La Estrella Maya que Habla. Su sede se localiza en la calle 62, entre 53 y 55 y actualmente la dirige Luis Alberto Rivas Aguilar y se denomina Grupo Rivas.

La radio universitaria hizo su aparición el 6 de abril de 1966, durante la rectoría de Francisco Repetto Milán, cuando se fundó la radiodifusora de la Universidad de Yucatán como una importante alternativa cultural promovida por el alumnado de la máxima casa de estudios, bajo las siglas XERUY. Su primer director fue el doctor Hernán Ramírez Coello. Durante el gobierno de Dulce María Sauri Riancho (1991-1993) y la gestión del rector Carlos Pasos Novelo se puso en funcionamiento un nuevo equipo transmisor que le dio mayor potencia a la radiodifusora, la cual transmite por frecuencia AM y FM. Sus instalaciones se ubican en el edificio central de la UADY. El Grupo SIPSE, propiedad de la familia García Lavín, incursionó en la radiodifusión en febrero de 1969, cuando estableció XHGL-FM, Stéreo Maya, que sigue activa, estación que introdujo en Yucatán la frecuencia modulada, lo cual significó un nuevo sonido que permitía escuchar la música con mayor fidelidad. En 1980, el poeta Ricardo López Méndez, antiguo locutor de la XEW capitalina, fundó la XHMT, también de frecuencia modulada, conocida como Estéreo Joya. Dos años después, se constituyó Radio Peto, XEPET, La Voz de los Mayas, que funciona desde el 29 de noviembre de 1982. La radiodifusora, que depende del Instituto Nacional Indigenista, transmite programas bilingües en apoyo a la educación de las comunidades indígenas. A fines de los 80 se fundó Radio Solidaridad, XHYUC-FM, estación perteneciente al Instituto Mexicano de la Radio, IMER, el cual depende de Radio, Televisión y Cinematografía, RTC, de la Secretaría de Gobernación, y cuyas instalaciones se encuentran en terrenos donde antes estuvo ubicado el Hospital O’Horán y que hoy se le conoce como Centro Administrativo del poder ejecutivo estatal. Finalmente, el Grupo Acir, con sede en la Ciudad de México, en noviembre de 1993 inauguró la estación XHYO en Mérida, con 100,000 vatios de potencia, enlazada al satélite Solidaridad, para transmitir a toda la entidad.