Rodríguez de la Gala y Enríquez, Leandro

Rodríguez de la Gala y Enríquez, Leandro  (1814-1887) Obispo de Yucatán. Nació y murió en Mérida, Yucatán. Pasó sus primeros años en la villa de Bacalar, donde su padre se desempeñó como empleado del gobierno de la Colonia, para regresar más tarde a la capital de la provincia. Tras haber recibido la instrucción primaria, ingresó al Seminario Conciliar de San Ildefonso, donde estudió latinidad y humanidades con gran aprovechamiento, de 1830 a 1831. Tenía 16 años cuando le fue concedida una beca de erección en ese colegio, e hizo estudios de filosofía entre 1832 y 1833 y de física en 1834. Fue ordenado sacerdote el 11 de marzo de 1837. El historiador Carrillo y Ancona, en su obra El Obispado de Yucatán, señala que el prelado obtuvo el cargo de catedrático en 1838 y fue vicerrector del Seminario Conciliar en 1846. En esa fecha también se le promovió a catedrático de vísperas de teología moral, que junto con el vicerrectorado los ejerció por más de 16 años. Por muchos años fue capellán del Cristo de las Ampollas; se desempeñó sucesivamente como vocal secretario de la Junta Eclesiástica de Censura, examinador sinodal del Obispado, canónigo segundo de Gracia. En 1855 obtuvo el grado de doctor en teología por la Pontificia Universidad. En octubre de 1860, fue nombrado cura interino de la parroquia urbana de Santiago, de la que fue su titular a la muerte del párroco Tomás Domingo Quintana.

Antes de morir, en 1863, el obispo José María Guerra, lo nombró gobernador de la Diócesis en sede vacante, nombramiento ratificado por el Papa Pío IX. Durante su régimen como administrador apostólico, en la época del Segundo Imperio, llegaron a Yucatán las Hermanas de la Caridad —luego expulsadas en 1875—, con las que se abrieron tres establecimientos de dicha orden, entre ellos uno para el servicio del Hospital General. En su primera carta pastoral y auto de 4 de julio de 1864, estableció una academia de literatura y ciencias eclesiásticas para sustituir al Seminario Conciliar, secularizado por las Leyes de Reforma, presidida y fundada por Crescencio Carrillo y Ancona. El Seminario se abrió nuevamente durante el Imperio, pero al restaurarse la República se exigió su cierre sin que esto se lograra. En este período vio clausurarse el convento de religiosas concepcionistas de Mérida, por ley del 26 de febrero de 1863.

Las dificultades en la época del Imperio de Maximiliano de Habsburgo para celebrar un concordato con la Santa Sede impidieron que Rodríguez de la Gala fuera consagrado obispo. Ya en tiempos de la restauración de la República, Pío IX lo instituyó obispo de Yucatán, despachando las bulas y preconizándolo el 22 de marzo de 1868. Su consagración, que debía realizarse en la Ciudad de México, no fue posible por la lejanía y las dificultades del viaje. Finalmente, fue investido en La Habana, Cuba, el 14 de febrero de 1869, y el 4 de marzo tomó posesión de la Diócesis de Yucatán. Fundó las conferencias de San Vicente de Paúl para hombres en 1868, y para mujeres en 1870, y la Congregación de las Hijas de María, que se estableció en el Colegio de las Hermanas de la Caridad el 6 de enero de 1872. En marzo de 1870, dirigió a los indios sublevados una carta pastoral en maya donde los conminaba a la paz y al diálogo. En 1876, restauró el Seminario Conciliar y llevó a los sacerdotes de la Consagración de la Misión (Paúles) para que se hicieran cargo de la dirección de esta institución. En 1877, fue enjuiciado y condenado a un mes de confinamiento fuera de Mérida, por supuestas infracciones a las Leyes de Reforma, especialmente por la reapertura del Seminario Conciliar y la emisión de su octava carta pastoral, catalogada de subversiva. Promovió y obtuvo de la Santa Sede la creación, en mayo de 1880, de la Diócesis de Tabasco, región que antes formaba parte de la Diócesis de Yucatán. Debido a que su precaria salud le impedía atender adecuadamente las necesidades de la Diócesis, le fue nombrado como su coadjutor en 1884, con derecho a sucesión, el canónigo Crescencio Carrillo y Ancona. Fue autor de 15 cartas pastorales. Falleció el 14 de febrero de 1887, fue sepultado en la capilla del establecimiento rural de Petkanché y sus restos trasladados más tarde a la Catedral de Mérida.