Tratados de Tzucacab

Tratados de Tzucacab  Acuerdos firmados entre el gobernador Miguel Barbachano y el cacique Jacinto Pat en abril de 1848, con la intermediación de una comisión de paz formada por el padre Canuto Vela, Felipe Rosado y un segundo sacerdote. El historiador Nelson Reed en su libro La Guerra de Castas de Yucatán, narra que después de algún intercambio de correspondencia, la comisión pacificadora convino encontrarse con Jacinto Pat en Tzucacab, un pequeño pueblo situado entre Tekax y Peto. Salieron de Tekax el 18 de abril; viajaron primero a una hacienda cercana, escoltados por Esteban Pat, José María Barrera y Juan Justo Yam, y luego partieron a Tzucacab. «Las negociaciones duraron toda la comida y siguieron después, sentados los comisionados en hamacas y continuamente interrumpidos desde fuera de la casa por una multitud amenazadora», que Jacinto Pat tuvo ciertas dificultades para controlar. Se redactaron las condiciones para que Barbachano las ratificara, y al día siguiente, después de un sermón del padre Vela, la comisión partió para Tekax y de ahí siguió a Ticul, para presentarle a Barbachano los acuerdos.

Los puntos principales de los acuerdos eran: 1.- Abolición de las contribuciones personales de la clase indígena. 2.- Reducción de los derechos de bautismo y casamiento en favor de la misma clase y de los blancos. 3.- Los indios podrían rozar los montes para establecer sus sementeras o formar ranchos en los ejidos de los pueblos, en las tierras de la comunidad y en los baldíos, sin pagar arrendamiento, y sin que desde entonces se pudiese enajenar ningún retazo de dichas tierras. 4.- Miguel Barbachano quedaba invariablemente establecido en el ejercicio de su alto poder, y para toda su vida, porque era el único que podía cuidar el cumplimiento de los artículos de aquella gran acta. 5.- El caudillo Jacinto Pat sería el gobernador de todos los capitanes indígenas. 6.- Los sirvientes adeudados quedaban dispensados de sus deudas. 7.- Los rifles confiscados a los mayas les serían devueltos. 8.- Quedaban abolidos en todos los pueblos del estado, los derechos de destilación de aguardiente.

Después de que los tratados fueron ratificados por Barbachano, éste le envió a Pat una hermosa banda de raso blanca con la leyenda Gran Cacique de Yucatán, bordada con letras de oro, un bastón de puño de plata y otros objetos. El carácter vitalicio del cargo de Barbachano causó violenta oposición en el gobernador en turno, Santiago Méndez, mientras que la designación de Pat como gobernador de todos los capitanes fue rechazado por los jefes norteños, encabezados por Cecilio Chí, quien al conocer las condiciones de los tratados, escribió una carta a Pat donde lo acusó de cobardía y traición. Luego mandó 1,500 hombres bajo las órdenes de su lugarteniente Raimundo Chí a Peto, donde tomaron por sorpresa a Jacinto Pat y le exigieron el bastón de mando, la bandera y el tratado, que fue despedazado delante de él. Los tratados nunca se cumplieron.

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