Teatro Héctor Herrera

Teatro Héctor Herrera  Fue fundado el 2 de mayo de 1970 por Fernando Herrera Bates «Cheto», Mario Herrera Bates «Sakuja» y «Paco» Miller. Su nombre fue dedicado al fundador de toda una dinastía de actores inclinados al teatro regional, al teatro de revista y al cine: Héctor Herrera Escalante. El objetivo fue rescatar al teatro regional, el cual atravesaba una etapa muy difícil calificada por varios estudiosos como de decadencia. Por el Teatro Héctor Herrera han figurado muchos artistas, algunos de ellos alcanzaron gran notoriedad como Mario Herrera Bates, Fernando Herrera Bates, Madeleine Lizama «Candita», Bertha Merodio, Aydita Ayora «La Chichí», Mario III, Arturo Tello, Vicky Villa, Abuxabqui, Manolo del Río, Octavio Ayil, Yazmín López «Tina Tuyub», Narda Acebedo y Héctor Herrera Álvarez «Cholo».

El Teatro Herrera fue construido por José María Carrillo Gamboa «Dzé», en un predio ubicado frente al edificio del Registro Civil, en la calle 64 entre 65 y 67, donde permanece activo hasta nuestros días. Al cumplir 5 años de existencia, el 5 de mayo de 1975, ofreció una función especial con la participación de toda la dinastía Herrera, incluido Daniel «Chino» Herrera. El 30 de noviembre de ese año, el teatro representado por Mario Herrera y el «Dzé» Carrillo, la Sociedad de Escritores de Obras de Teatro Regional Yucateco y la Sociedad de Estudios Élmer Llanes Marín, convocaron a un certamen de obras de teatro regional y en enero de 1976 otorgaron el primer lugar a Leopoldo Peniche Vallado por su obra Extranjeros en el mundo. El jurado fue integrado por Alberto Cervera Espejo, Leticia Rozo Krauss y Héctor Herrera Álvarez «Cholo».

El pilar principal del Teatro Héctor Herrera ha sido desde hace muchos años «Cholo», surgido en 1960 y quien se convirtió en un ídolo tras su retorno en 1972 a Mérida, luego de incursionar con apenas cinco años de carrera artística, en 1955, dentro del mundo teatral y cinematográfico de la Ciudad de México. «Cholo» ha señalado que el teatro regional en Yucatán se nutre de la revista político-social nacida en las carpas de la Ciudad de México, la cual es a su vez una adaptación mexicana de la zarzuela, las tandas, los sainetes y demás corrientes de la sátira teatral española. Además, se ha enriquecido del teatro bufo cubano. Leopoldo Peniche Vallado, por su parte, asegura en su ensayo «Historia del teatro y de la literatura», aparecido en la Enciclopedia Yucatanense, que la pequeña y modesta sala teatral que lleva el nombre de Héctor Herrera es el único vestigio que se conserva en Yucatán del teatro regional que surgiera hace más de medio siglo. Ahí se hace un teatro híbrido que «tiene del sketch frívolo, de la vieja zarzuela costumbrista y de la primitiva revista». En ese teatro se han estrenado numerosas obras del teatro regional, algunas de ellas muy destacadas como Cuna de perros, El huevo del Águila, Amando a Miguel, La crisis del Cholo Pérsico, Mi diputado es Cholo, Ana la americana, Cholo y la crisis, La ciudad de la chaya, Cholo censor, ¡Oh Rina! y Los mariposos.

Héctor Herrera Álvarez «Cholo» nació en 1934 en Mérida, Yucatán. Actor, director y escritor de teatro regional principalmente, debutó en 1950, con la obra La familia Chulín en el Teatro Principal, donde actuaban su padre Mario Herrera y su tío Daniel Herrera. Sus primeras oportunidades en el gran escenario de la Ciudad de México se las dieron Fernando Soto «Mantequilla» y su hermano Roberto, quienes dirigían el Teatro Lírico y hacían teatro de revista; así como el actor Manolo Fábregas, con quien llegó a ser su asistente de dirección e incursionó durante ocho años en todo tipo de comedia: seria, melodrama y musical. Antes hizo teatro de comedia con la obra El huevo de Colón, en el recién inaugurado Teatro de los Insurgentes.

Con Fábregas montó Hello Dolly, El hombre de la Mancha y Violinista en el tejado, obras musicales en las que también actuó. Como asistente de dirección de Fábregas participó en la obra Cualquier miércoles, donde participaron Fernando Soler, Silvia Pinal y Marilú Elízaga, además del propio Manolo. Asumió la dirección escénica de la obra Cada quien su vida, de Luis G. Basurto, la cual llegó a cumplir cinco mil representaciones en todo el país y donde actuaron Noé Murayama, Luis María Núñez, Carlos Navarro y Héctor López Portillo. También participó como asistente de dirección en las obras Descalzos en el parque, con Luis Manuel Pelayo, y La pareja dispareja, con Mauricio Garcés y Fábregas.

Trabajó con actores como Rafael Banquells, Enrique Rambal y su gran amigo José Gálvez y al lado de cómicos como Óscar Ortiz de Pinedo, Óscar Pulido, «Pancho» Muller, «Polo» Ortín, Héctor Suárez, «Chucho» Salinas y Héctor «Lechuga», así como Raúl Astor en su programa televisivo Operación Ja-Ja, Rafael Inclán y el «Caballo» Rojas, principalmente. Con Mauricio Garcés filmó una de sus primeras películas Vidita negra y llegó a filmar más de 10 películas, entre ellas Blanca Nieves y sus siete amantes, donde actuó con «Chato» Padilla, Erick del Castillo, el «Guero» Castro y Sasha Montenegro.

«Cholo» Herrera ha dicho que de Manolo Fábregas aprendió la férrea disciplina que el teatro amerita; de Jesús Martínez «Palillo», los métodos para manejar el «chiste» político y de Héctor Espino «Clavillazo», a medir el efecto que puede causar un «chiste». Luego de su labor artística en la Ciudad de México retornó a Mérida y montó su propia compañía para contribuir a preservar el teatro regional. Actualmente, el teatro regional de «Cholo» Herrera se ha extendido a puerto Progreso. Su apodo «Cholo» surgió cuando leía una novela costumbrista situada en la cordillera boliviana, en la cual se decía que en esa región a los indios los llamaban cholos. Entonces «Cholo» se miró al espejo, recuerda, «encontré a un indio, un cholo de ojos grandes, un indio ladino de ojos traviesos ¡Un huiro!» y se dijo: «¡Maare ese soy yo! ¡Es mi retrato!» Y así se bautizó.

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