Téllez de Guzmán, Juan Bruno Llegó a Yucatán el 24 de julio de 1683 para sustituir a Leyseca y Alvarado en el gobierno de la Península. Encontró en sus habitantes un temor bien fundamentado por los ataques que habían sufrido de los piratas y corsarios. A Téllez de Guzmán le tocarían los ataques del flamenco Laurent Graff y del francés Grammont quienes ya antes, en 1682, habían saqueado la ciudad y puerto de Campeche. La falta de seguridad que había en Campeche y en general en toda la Península, hizo que muchas familias no quisiesen ya regresar a radicar a esta villa por lo que disminuyó considerablemente su población. El gobernador Téllez de Guzmán convocó a cabildo abierto para tratar la cuestión de amurallar la villa y armarla de baluartes. Se logró reunir mediante una colecta 13,500 pesos, gracias a donativos de prominentes ciudadanos y del propio gobernador. También se aplicó una contribución de medio real por fanega de sal que se exportara a la Nueva España y 10,000 pesos que por orden de Carlos II envió el virrey conde de Gálvez.
El 3 de enero de 1686, se pusieron los primeros cimientos de la muralla. Ese mismo mes el gobierno de la Península recibió a un enviado inglés que oficialmente venía de Jamaica a notificar la suspensión de hostilidades entre Inglaterra y España. No por esto se terminaron los asaltos de los piratas. Lorencillo y Grammont desembarcaron en la Bahía de La Ascensión con cerca de 500 hombres para penetrar por el interior de la provincia. Ocuparon, saquearon y destruyeron Tihosuco y continuaron su marcha con el fin de llegar hasta Valladolid. En Tixcacalcupul encontraron la primera resistencia con los hombres jefaturados por Ceferino Pacheco a quienes finalmente derrotaron. Llamó la atención a Lorencillo la desbandada de los hombres de Pacheco y no pensó en lo indisciplinado de estas fuerzas sino que a lo mejor se trataría de una estratagema peligrosa para él y su gente. Sin embargo, continuó su marcha con toda cautela, hasta que encontró una carta que un mulato de Valladolid había dejado con toda intención en el camino para engañar al enemigo. En ésta, el teniente general de Valladolid escribía al encomendero Pacheco para que se comportara tal como había sucedido, ya que se pretendía tenderle una emboscada al enemigo con el fin de cerrarle el camino del puerto. Esta misiva dio los resultados pretendidos, Lorencillo prefirió retirarse y embarcarse de nuevo mientras los pobladores de Valladolid abandonaban la villa seguros del saqueo de los piratas.
Téllez de Guzmán trató de sujetar y reducir a los indígenas del sur de la Península, por lo cual trató de abrir un camino carretero de Campeche a Guatemala. Logró abrir ocho leguas y levantar un reducto en donde instaló a 30 hombres al mando del capitán Juan del Castillo a quien encargó la sujeción de los indios Cehaches, ofreciéndole como recompensa la encomienda de cuantos redujese. Mas nunca pudo este capitán ni continuar el camino ni menos conquistar a los indios.
Ante el rumor de un levantamiento de los indígenas de Valladolid, el gobernador envió al capitán Lorenzo Rodríguez de Betia con gente de socorro, para que permaneciera allí y estuviera bajo las órdenes del teniente de Valladolid. Téllez de Guzmán guardó buenas relaciones con el obispo Cano y Sandoval y apoyó la iniciativa de éste de reducir los curatos de tamaño con el fin de que los indígenas fueran mejor atendidos.
Durante el gobierno de Téllez fue nombrado por el rey Carlos II, el alcalde mayor de Tabasco, Antonio Cueto Bracamonte. Juan Bruno Téllez de Guzmán fue sustituido en julio de 1688 por Juan José de la Bárcena, maestre de campo del ejército del rey.