Tábano En maya, akach. Con este nombre se designa a numerosas especies de moscas hematófagas de la familia Tabanidae, que abundan en la Península. Al igual que en el caso de los mosquitos, sólo las hembras adultas chupan sangre, gracias a un aparato bucal especializado que les permite perforar y succionar. Los machos, y también las hembras, se alimentan con diferentes líquidos, particularmente néctar de las flores. En la región existen sobre todo especies del género Tabanus, y menor número, del género Chrysops. Las primeras, que son las de mayores dimensiones y pueden alcanzar 2 cm de longitud, generalmente son de colores opacos. Las del género Chrysops son bastantes menores —de 6 a 10 mm— y se distinguen porque a menudo tienen el cuerpo brillantemente coloreado y los enormes ojos iridiscentes y cruzados por franjas rojas y verdes. La picadura del tábano es particularmente dolorosa y causa inflamación local que puede llegar a ser severa. Al ganado, los repetidos piquetes no solamente lo inquietan sino que le hacen perder cantidades considerables de sangre. Al ser humano le pueden transmitir enfermedades tales como la fliariasis.