Rivas Vértiz, Juan Jefe superior político de la provincia de Yucatán durante el gobierno de Carrillo y Albornoz. Nació en Mérida, Yucatán. El historiador Molina Solís en su Historia de Yucatán durante la dominación española señala que Rivas fue sobrino de un distinguido gobernante de Buenos Aires, hijo de Roberto Rivas Betancourt y nieto de Juan José de Vértiz y Ortañón. Estudió en los mejores colegios de España, donde ingresó a la carrera militar. En 1811, con el grado de coronel de artillería, volvió a Yucatán. Se afilió al partido absolutista, donde destacó junto con Pedro Escudero y los padres Santander y Sáenz. Fue electo diputado a Cortes en 1813, pero más tarde abandonó las filas de los rutineros y se volvió constitucionalista. Fue simpatizante de la filosofía enciclopédica de Voltaire, popular a fines del siglo XVIII, que lo hizo coincidir con Pablo Moreno y Lorenzo de Zavala por algún tiempo. Fue de los primeros inscritos en la masonería yucateca, donde hizo causa común con Carrillo y Albornoz, y se convirtió en uno de los principales promotores para que éste alcanzara la gubernatura de Yucatán, cuando se impulsó la renuncia del anciano capitán general Miguel de Castro y Araoz, en 1820, año en que Fernando VII volvió a promulgar nuevamente la Constitución de Cádiz de 1812. Al asumir el gobierno de Yucatán, Carrillo destituyó al entonces jefe superior político Basilio María Argaiz y nombró para ocupar el cargo a Rivas Vértiz.
El 21 de junio de 1820, en sesión ordinaria del Ayuntamiento de Mérida y la Diputación Provincial, se propuso la destitución de Argaiz que sería aprobada horas después, cuando sesionó en privado la diputación, y por un pequeño margen se votó en favor de Rivas. El gobernador Carrillo, Rivas y sus partidarios enfrentaron en el campo político a los constitucionalistas acaudillados por Lorenzo de Zavala. Las contradicciones entre ambos grupos llegaron a tal grado que Zavala buscó la destitución de Carrillo y Rivas, pero no lo pudo lograr. En respuesta, ambos funcionarios mandaron arrestar a Zavala, García Sosa, al provincial Ruiz Madreño, el padre Lanuza, Eduardo Vadillo, López Gavilán y Joaquín Casares y Armas. A los dos primeros los obligaron a embarcarse rumbo a España con el pretexto de que debían ir a cumplir su cargo de diputados electos a Cortes. El ayuntamiento constitucional fue disuelto y se convocó nuevamente a elecciones, para constituirlo con gente de mayor confianza para el gobernador Carrillo y Albornoz. Con la designación del mariscal de campo Juan María Echeverri Manrique de Lara para sustituir a Carrillo, Rivas tuvo que abandonar su cargo.