Ratas y ratones de campo Además de las ratas domésticas, especies: Rattus rattus y R. norvegicus y del ratón casero, especie: Mus musculus, existen en la Península de Yucatán diversas especies de ratas y ratones de campo, pertenecientes a las familias Heteromydae y Cricetidae. Algunas de tales especies pueden causar serios daños a los sembradíos al atacar a las plantas en crecimiento o comer las semillas plantadas o cultivadas. Igualmente, pueden transmitir enfermedades.
Entre los principales grupos de especies se puede mencionar a las ratas espinosas del género Heteromys, que se caracterizan porque su pelaje es un tanto rígido y quebradizo, como si en lugar de pelo tuvieran espinas. La longitud de la cabeza y el cuerpo oscila entre 12 y 15 cm y la cola alcanza hasta 20 cm. Son de hábitos nocturnos y llegan a convertirse en plagas de los almacenes y los campos.
Ratones arroceros del género Oryzomus; aunque su nombre común da idea de que habitan sólo zonas de cultivos, en realidad se les encuentra en muy diferentes hábitats, inclusive selvas altas, marismas y pastizales. Son parecidos al ratón casero y miden (cabeza y cuerpo) entre 8 y 20 cm, con larga cola de 10 a 22 cm.
Ratones patiblancos del género Peromyscus. Su nombre común se debe a que el pelaje de las patas y la región ventral es blanco. Miden de 9 a 20 cm, más 4 a 20 cm de la cola. Son de hábitos nocturnos y emiten zumbidos y trinos característicos, diferentes a los chillidos habituales de los ratones ordinarios. Comen semillas y frutos, así como invertebrados diversos y carroña.
Ratones cosecheros del género Rethrodontys. Son de pequeño tamaño (7 cm, más 6 de la cola) y se distinguen por su actividad para trepar a las plantas. Tienen un peculiar ritmo de actividad en ciclos de tres horas, de las cuales 30 minutos los dedican a alimentarse y el resto al aseo y descanso. Comen básicamente semillas, tanto silvestres como cultivadas, y complementan su dieta con insectos.