Dávila, Alonso

Dávila, Alonso  Explorador y conquistador nacido en Ciudad Real, España. Participó como capitán de un navío en la expedición a Yucatán realizada en 1518 y jefaturada por Juan de Grijalva. También estuvo presente en el viaje de Hernán Cortés a esta región, en 1519, desempeñando las mismas funciones. Fue uno de los que ayudaron a Hernán Cortés en la conquista de México, Tenochtitlán. Al término de ésta, fue enviado a España como procurador de los conquistadores, junto con el capitán Antonio de Quiñones, llevando 88 000 castellanos de oro, parte del tesoro de Moctezuma y el que se halló en poder de Cuauhtémoc. En la Isla de la Tercera muere Antonio de Quiñones, por lo que solo, Alonso Dávila, sale de allí para España. En el viaje fue sorprendido por el corsario francés Juan Florín, que lo despojó del rico presente destinado a la Corona. Dávila fue llevado preso a Francia. Posteriormente, Juan Florín es apresado y en el Puerto del Pico, España, muere ahorcado. Refiere Bernal Díaz que cuando estaba preso Alonso Dávila, el gobernador de Cuba Diego Velázquez y Pánfilo de Narváez aprovecharon levantar cargos contra Cortés y sus capitanes. Los jueces de la Junta mandaron rescatar a Dávila, para que éste rindiera cuentas en la corte del rey. Se logró la libertad del preso, encontrándose ya en España cuando se discutía la capitulación de Granada en 1526. Como era amigo de Francisco de Montejo, acordaron venirse juntos a la conquista de Yucatán. Salió de España en 1527, como contador de la expedición jefaturada por Francisco de Montejo, el Adelantado, quien obtuvo del emperador el permiso para emprender la conquista de Yucatán. Según relata la historia, los expedicionarios llegaron a Cozumel en el año 1528 y, poco después, desembarcaron en la costa de la Península, cerca del Cabo Catoche. Alonso Dávila desempeñó un papel importante en el transcurso de la Conquista. En el primer intento, le fue encomendado el resguardo de Salamanca de Xelhá, primer asentamiento español en Yucatán. Posteriormente, en el segundo intento, estuvo a cargo del avance por tierra y fundó Salamanca de Xa-manhá. Dávila y su gente permanecieron por un tiempo en la costa oriental. En ese lapso fue, aparentemente, comerciante de esclavos mayas. Asociado con Juan de Lerma empezó a traficar con indígenas mayas destinados a ser vendidos a los españoles que tenían plantaciones en las Antillas.

Cuando la estrategia de conquista se planteó por el Occidente, Dávila tuvo a su cargo dos importantes expediciones, la primera realizada a la provincia de Acalán, entre los años de 1530 y 1531, y la segunda a las provincias de Co-chuah y Uaymil-Chetumal, de 1531 a 1532. En la primera expedición, Dávila comenzó el viaje desde San Cristóbal de Chiapas y, con la ayuda de guías mayas que capturó en los alrededores del pueblo de Tanoche o Tenosique, pudo llegar, a través de la ruta de Cortés, a la provincia de Acalán. Pronto recabó información detallada relativa a la provincia y como a mediados de 1530 fundó una población a la que llamó Salamanca de Itzamkanac. Dávila se dio cuenta de que la provincia de Acalán no era propia para establecer un centro desde donde impulsar la empresa hacia Yucatán, como Montejo creía. El distrito no estaba localizado ventajosamente; la población no era tan grande como se había pensado al principio; no había oro, los productos agrícolas eran limitados y el próspero comercio anterior había decaído. Después de unos 40 días que llegó a Acalán, Dávila decidió buscar una región más conforme con los deseos de Montejo. Continuó la expedición pasando por el cacicazgo de Mazatlán o Cenache que consideró aún menos propicio que Acalán, en consecuencia, resolvió continuar adelante. En esta ocasión decidió retornar a la costa del Golfo de México, hacia Champotón, la primera población costeña de Yucatán. Los Couoh de Champotón los recibieron amistosamente. El primer acto de Dávila cuando llegó a esta población fue enviar noticias de su arribo al Adelantado, que se hallaba entonces en su base no lejos de Xicalango. Mientras tanto, Dávila restableció Salamanca, en Champotón, que habría de ser la primera población permanente del occidente de Yucatán. Montejo, que se hallaba en Tabasco, llegó a Yucatán a fines de 1530 o a principios de 1531 y escogió la población indígena de Campeche como base de operaciones desde donde habría de desarrollarse la ocupación de todo Yucatán. Posteriormente, el Adelantado preparó la expedición a las provincias de Cochua y Uaymil-Chetumal de las que había tenido buenos informes. A Alonso Dávila le fue encomendada esta expedición, llevó mapas preparados por los indios para guiarse en la ruta; en ellos estaban señalados los lugares en donde se decía que existía oro. Dávila salió hacia mediados de 1531. Atravesó rápidamente la extensa y densamente poblada provincia de Maní, donde los xiues lo recibieron amistosamente. Después cruzó la frontera entre Uaymil-Chetumal y llegó al importante pueblo de Chable, que no consideró favorable, prefiriendo continuar su viaje a la población de Bacalar que dividía el distrito de Uaymil de la sección de Chetumal. Bacalar era una de las poblaciones más importantes. Aquí los jefes locales lo recibieron amistosamente, actitud que demostraba que la mayoría de los señores de Uaymil no estaban conformes con el señorío superior de Chetumal. Ayudado por los indígenas de Bacalar cruzó la laguna y pudo llegar a la Bahía de Chetumal. Dávila encontró el pueblo de Chetumal totalmente abandonado y decidió fundar allí una población que llamó Villa Real. Sin embargo, los indígenas de este lugar opusieron resistencia con gran tenacidad, que al poco tiempo de haberse fundado Villa Real de Chetumal, la región se sublevó, poniendo en peligro a los españoles. Dávila no tuvo otra alternativa que huir, junto con su tropa, en canoas rumbo a Honduras. Llegó hasta Trujillo en marzo de 1533, donde las autoridades lo ayudaron a retornar a Salamanca de Campeche. Poco después de estos sucesos, Dávila enfermó, regresó a la Ciudad de México y murió en casa de su hermano Gil González de Benavides, en 1535.

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