Delahuertismo en Yucatán (rebelión)

Delahuertismo en Yucatán (rebelión)  Hecho que marcó un episodio trágico en la historia de Yucatán, debido a que propició la muerte de Felipe Carrillo Puerto. Adolfo de la Huerta, precandidato al gobierno del país, en pugna con Obregón, a fines de 1923, desconoció al gobierno de éste y fue proclamado presidente provisional por el general Guadalupe Sánchez, jefe de las operaciones militares en Veracruz. Sánchez desconoció al gobierno obregonista principalmente por pretender imponer como futuro presidente de México al general Plutarco Elías Calles. Después de advertir que contaba con los suficientes hombres y pertrechos de guerra, invitó a los jefes de operaciones militares y gobernadores de la República a secundar su movimiento. La rebelión fue rápidamente apoyada por diversos jefes militares, entre los que se encontraban Enrique Estrada, Manuel García Vigil, Fortunato Maycote y Salvador Alvarado. Las autoridades yucatecas, encabezadas por el gobierno de Felipe Carrillo Puerto, se apresuraron a fijar su posición ante el conflicto.

El jefe del ejecutivo yucateco declaró que el Partido Socialista del Sureste no traicionaría nunca la causa de la Revolución y así como había apoyado la candidatura de Obregón, apoyaría también la de Calles. El alcalde de Mérida, Manuel Berzunza; el teniente coronel Javier J. Valle, jefe accidental de las operaciones militares de Yucatán, y el coronel Carlos T. Robinson, jefe del 18º Batallón, externaron fidelidad a Carrillo Puerto y al gobierno obregonista. Carrillo Puerto por medio del gobernador de Tabasco, Tomás Garrido Canabal, estableció contacto con el coronel Rafael Durazo, jefe de las armas en Campeche, con el propósito de unificar esfuerzos para combatir la rebelión. Pero el 12 de diciembre de 1923 se tuvieron noticias de que la guarnición de Campeche, al mando de José María Vallejos, había desconocido la autoridad de Durazo, uniéndose a los sublevados. Robinson fue enviado a reforzar a Durazo, pero cuando el tren se encontraba entre Chocholá y Maxcanú, algunos oficiales partidarios de Adolfo de la Huerta se insubordinaron contra Robinson, lo apresaron y ordenaron el retorno del convoy a Mérida, en medio de «mueras» al gobierno y al general Calles. Carrillo Puerto se encontraba en Motul cuando recibió noticias de que tropas insurrectas iban en su búsqueda con la misión de aprehenderlo. A pesar de que Carrillo Puerto intentó a través de Manuel Cirerol, concejal y tesorero del Ayuntamiento de Mérida, conseguir armas y parque para combatir la rebelión y de que contaba con el apoyo de la Ligas de Resistencia, la rebelión delahuertista triunfó, momentáneamente en Yucatán, derrocando al gobernador. Ricárdez Broca, jefe rebelde, se posesionó del gobierno y mandó fusilar a Felipe Carrillo Puerto el 3 de enero de 1924. El movimiento delahuertista finalmente fracasó, ya que Calles asumió la presidencia de la República en 1924.

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