Danza clásica

Danza clásica  El ballet o danza clásica es un conjunto de movimientos combinados, de pasos y de tiempos variados. Proviene del ballo o balleto florentino o veneciano y comenzó siendo un género subalterno del teatro lírico hasta convertirse en género independiente. Va desde la simple interpretación pantomímica de una acción dramática más o menos subrayada por la música, hasta la sinfonía plástica, esto es, la construcción armónica de un conjunto de movimientos a base de uno que sirve de tipo o tema. Diaghilev, que dio al ballet los rasgos especiales de este siglo lo definía como la danza que engloba la pantomima, la mímica, la gimnasia y los gestos tomados de todos los movimientos humanos, que son susceptibles de educar, por medio de las disciplinas del solfeo muscular y con ejercicios que permitan expresar las emociones, sentimientos y movimientos del alma y del pensamiento. En Yucatán, la danza clásica como espectáculo no tuvo una escuela propiamente dicha sino hasta el año de 1936. En 1934, en el puerto de Progreso, una niña de 9 años, Emma Alatorre Sainz, de grandes facultades para el baile y alumna en la Ciudad de México de la bailarina rusa Nina Shestakova, ayudada por sus padres, organizó a un grupo de niños de uno y otro sexos con los que constituyó una academia que, durante los sábados, era asesorada por el profesor Ernesto Pacheco y el acompañamiento al piano de la maestra Lupita Peraza. Un accidente automovilístico en 1935 provocó la muerte de Emma. Al año del fallecimiento de Emma, su madre, la señora Beatriz Sainz Alatorre, radicada nuevamente en la Ciudad de México, convenció a Nina Shestakova para que viniera a Yucatán y fundara una academia de baile clásico, a la que ya establecida le puso el nombre de «Emmita Alatorre».

Nina nació en Moscú y estudió en la Escuela del Teatro Ruso, el Bolshoi. Apenas tenía cuatro años de establecida en la Ciudad de México cuando, en 1936, se trasladó a Mérida, donde al frente de la Academia permaneció ocho años, durante los cuales la afición yucateca por este arte se acrecentó. Cuando en 1944 se organizó la Escuela de Bellas Artes, fue solicitada su colaboración, ella declinó cediendo el lugar a las jóvenes bailarinas formadas en su Academia. Destacaron como primeras maestras de Bellas Artes: Lupita Núñez Peraza y Nelly Cetina Albertos. De los elementos masculinos, alumnos de Nina, destacó Jesús Burgos. Posteriormente sobresalen Alfredo Cortés Aguilar, quien iniciado con las maestras Amalia Cardós y Socorro Cerón se trasladó a la Ciudad de México donde logró gran experiencia; fue solista del Ballet de Cámara y del Ballet Clásico de México; en 1966 formó el Ballet Clásico de Mérida con maestros y alumnos de Bellas Artes. Víctor Salas González, alumno de la Escuela de Danzas Folklóricas, que como componente del ballet fue a México donde se graduó en baile clásico, creó en Mérida la Escuela Provincial de Danza Clásica. En la actualidad, el Centro Estatal de Bellas Artes imparte cursos de ballet de muy buen nivel, así como también diversas academias privadas, que producen bailarines y bailarinas destacados a nivel local y algunos de ellos a nivel nacional. Sobresalen por su profesionalismo el Ballet de Danza Clásica del Gobierno del Estado, que incorpora en su preparación métodos de enseñanza cubanos; el Centro de Arte Bertha de la Peña creado en 1992, y la Academia Socorro Cerón. En la actualidad existe la Compañía Provincial de Ballet fundada en 1994 a iniciativa del maestro y bailarín Víctor Salas; ya en 1959 la maestra Socorro Cerón había creado la Compañía de Ballet de Bellas Artes que no pudo concretarse como ella esperaba. La Compañía Provincial de Ballet debutó en el Teatro Peón Contreras con el programa Bailarina y música de Tchai-kowsky; sus integrantes más destacados son: Eglé López, Cynthia Ricalde, Érika Argüelles, Maritza Pérez, Cecilia Novelo, Cicely Vallejos y Lorena Patrón. Todas estas instituciones presentan espectáculos en el Teatro Peón Contreras donde han ejecutado las obras clásicas del ballet, como El Lago de los Cisnes, Gyselle, El Cascanueces y otras. La influencia de la escuela cubana en los bailarines yucatecos ha hecho que éstos mejoren su técnica y capacidades, la llegada de maestros como Alberto Alonso, Sonia Calera, Tulio de la Rosa y otros, integrantes del Ballet Nacional de Cuba, han venido con sus cursos a enriquecer los conocimientos de los maestros y bailarines locales.

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