Dzibanché Zona arqueológica situada al sur de Quintana Roo, cuyo nombre en maya significa: escritura sobre madera. Se considera que constituye uno de los asentamientos prehispánicos más importantes de la región. Se encuentra aproximadamente a 18 km de la carretera federal que conduce al centro del país, cerca de la comunidad de Morocoy y a 30 km de Kohunlich. Ocupa una extensión aproximada de 40 hectáreas, 20 de las cuales corresponden al área cívico-religiosa, en tanto que el resto está constituido por templos y palacios de menor tamaño, unidades habitacionales y otros. Fue descubierta en 1927 por el arqueólogo y médico británico Thomas Gann, quien la describió como «un conjunto de siete templos mayas al oeste de Bacalar». Gann la denominó Dzibanché porque encontró grabados mayas en un dintel de madera dura. Alcanzó su florecimiento entre los años 300 y 900 de nuestra era, lo cual significa que abarcó del período Clásico Temprano al Clásico Tardío. Sus edificios principales son conocidos como estructuras I, II y VI, de acuerdo con la designación que les dio su descubridor en 1935. Las estructuras II y VI también son conocidas como Templo del Sacerdote y Templo de los Dinteles, respectivamente. Las investigaciones recientes todavía no permiten establecer el grado de influencia de los estilos arquitectónicos de otros sitios arqueológicos sobre Dzibanché, aunque tampoco se descarta la posibilidad de un estilo propio. En la estructura II se encontró recientemente una cripta mortuoria con los restos de un personaje maya de importante jerarquía. En la estructura VI se localiza el dintel que dio nombre a esta zona arqueológica. También se han encontrado fragmentos de vasos cilíndricos trípodes e incensarios, lo que parece indicar la influencia del Petén centroamericano y del centro de México, regiones con las cuales mantuvo relaciones de diversa índole. Manifestó un importante desarrollo tecnológico que le permitió sustituir la práctica de tumba, roza y quema por los cultivos cíclicos mediante el riego. De acuerdo con esto, no es casual que este asentamiento se localice en la zona de Morocoy, que dispone de las tierras más fértiles de la región. Esta zona arqueológica fue abierta al público en noviembre de 1994.