Drogadicción

Drogadicción  Con este nombre y su sinónimo farmacodependencia se designa un estado individual y el problema colectivo resultante, por lo que se le considera como enfermedad social dentro del marco de la salud pública. Las sustancias o fármacos que pueden producir adicción o dependencia son muchas, pero pueden dividirse en dos grandes grupos: las legales, dentro de las cuales están el alcohol, el tabaco, la cafeína, los tranquilizantes, estimulantes, etcétera, y las ilegales, estupefacientes o enervantes, como la mariguana, el opio, morfina y heroína; la coca y cocaína y los hongos alucinantes. Desde el punto de vista histórico, las primeras sustancias utilizadas fueron el alcohol, el opio, el tabaco, los hongos y la coca; posiblemente las más recientes de las naturales fueron la mariguana y el café. Durante siglos se emplearon en pequeña escala por diversos grupos humanos, casi siempre ligadas a ritos y ceremonias religiosas, por lo que había un cierto control de su uso. Con el tiempo, se universalizó el consumo de algunas, como alcohol, tabaco y café, y se empezó a perseguir el uso del opio y la mariguana. Ya en este siglo se montaron laboratorios clandestinos para producir morfina, heroína y cocaína, cuyo empleo se extendió, a pesar de las disposiciones legales gubernamentales.

En los años 60, la farmacodependencia surgió en los movimientos juveniles de Estados Unidos de América, rebasó a la sociedad y llegó a las casas, convirtiendo a este país en el mayor consumidor del mundo. En general, la drogadicción no respeta nivel social, económico o político, sexo ni edad. Dentro de la población en riesgo se considera a los individuos pertenecientes a familias desorganizadas por problemas de adicción de alcohol o drogas; niños con cierto retraso mental; adolescentes hiperactivos con problemas para relacionarse afectivamente; adolescentes y jóvenes que presentan dificultad para volver a la normalidad tras una situación de tensión emocional. La lucha contra la drogadicción requiere de la participación de equipos multidisciplinarios que incluyan médicos generales y familiares, especialistas en salud pública, psiquiatras, psicólogos, antropólogos, maestros y trabajadoras sociales, así como de autoridades y de grupos organizados de la sociedad. Por encuestas de nivel nacional se ha establecido que el 20% de la población, de cuatro a 65 años, ha probado drogas cuando menos una vez y que el 60% de los adolescentes de 14 y más años han consumido algún fármaco, lo cual no significa que sean drogadictos. En Yucatán se han realizado algunas encuestas en diversos sitios y por variados organismos, pero no se han comparado los resultados para tener una proyección del problema. Algunos organismos, unos públicos y otros privados, tienen limitados programas que deberían ser coordinados por el Comité Estatal de Prevención de la Drogadicción. La única unidad de tratamiento y rehabilitación es el Centro de Integración Juvenil de Mérida.

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