Bienvenida, Lorenzo de

Bienvenida, Lorenzo de  Fraile que vino a la Nueva España con el grupo de religiosos que trajo fray Jacobo de Tastera. Fue uno de los cuatro franciscanos que fray Toribio de Motolinía envió desde Guatemala a Yucatán. Fray Lorenzo de Bienvenida tomó una ruta diversa a la seguida por el grupo de fray Luis de Villalpando ya que se introdujo a la Península de Yucatán por el Golfo Dulce (Honduras) y Bacalar. En esta última permaneció un tiempo entre los indígenas por lo que fueron éstos los primeros en recibir la influencia franciscana. Bienvenida, al dejar Bacalar, continuó su viaje hasta llegar a Mérida. Los conquistadores le pusieron el sobrenombre de «el Explorador» por haber recorrido sólo tierras no conquistadas y apartadas. Lizana nos dice que en Mérida fray Lorenzo no inició trabajo alguno de evangelización. Su labor fue dirigida a los españoles, amonestándolos por el trato que daban a los indígenas. Esta relación debió ser muy tirante ya que al llegar fray Luis de Villalpando a Mérida vio la conveniencia de que Bienvenida se hiciese cargo de la doctrina de Campeche. Fray Lorenzo escribió al rey en diversas ocasiones sobre las acciones tanto de españoles como de indígenas que eran contrarias a la leyes españolas o al espíritu de éstas. Así, el padre Bienvenida denunció la falta de tasación en lo que tributaban los naturales, así como la esclavitud que se daba entre ellos. En fray Lorenzo destaca además la labor desarrollada en favor de la naciente custodia de San José de Yucatán. A él se debió que las dos casas de Mérida y Campeche fuesen elevadas a custodia y más tarde consiguiese en los capítulos generales que pasase a ser provincia, junto con Guatemala, y después provincia independiente. También trabajó por aumentar el número de sus hermanos misioneros. Dos veces actuó como procurador de la provincia franciscana ante el rey. Logró traer dos grupos de frailes, el primero en 1552 y el segundo en 1562. En estos viajes, en los que representaba a sus compañeros, consiguió de la Corona dotaciones reales para la subsistencia del culto divino: construcción de iglesias, vino, aceite, hierros de hostias y ayuda económica para la edificación de otros monasterios. Con ello, lograba para el futuro, el asentamiento definitivo de la provincia entre los naturales de Yucatán.

Todos estos logros se debieron a la tenacidad de fray Lorenzo de Bienvenida ante el rey y al empeño de conseguir los mayores beneficios para el desarrollo de la labor misionera que realizaban en estas tierras. En sus peticiones encontramos también la compra de libros para los religiosos que venían a Yucatán y que debían complementar su formación, así como también para los naturales que asistían al estudio de gramática iniciado en Mérida. No era fácil conseguir mercedes reales en las mermadas arcas de la Corona; sin embargo, fray Lorenzo sorteó toda clase de obstáculos proponiendo al rey diversas soluciones hasta obtenerlas y para asegurarse de que se proveyeran sus peticiones en Yucatán pidió al soberano que mediara la Audiencia de los Confines para reforzar el cumplimiento de las disposiciones reales. Así como fue fructífero su trabajo ante el rey lo fue ante sus superiores de la Orden. En el Capítulo que se efectuó en Aquila, Italia, en 1559, expuso a la consideración de ellos la separación de la custodia en San José de la provincia del Santo Evangelio. En 1565 asistió al Capítulo General realizado en Valladolid, España, proponiendo la separación de las custodias de Yucatán y Guatemala y la erección de dos provincias independientes. El padre Bienvenida, además de sus viajes a España, asumió diversas responsabilidades en los cargos que le fueron conferidos.

Poco después de su llegada a Yucatán se hizo cargo de la misión de Campeche. Al celebrarse el primer Capítulo Custodial en 1549, en Mérida, fue electo guardián del convento de Izamal y segundo definidor. En 1553, en el segundo Capítulo, fue electo custodio y desempeñó su cargo durante el trienio correspondiente. El tercer Capítulo Custodial celebrado en 1556 fue presidido por fray Lorenzo. El padre Bienvenida puede ser considerado como el forjador de la provincia franciscana de San José de Yucatán y a ésta dedicó sus esfuerzos y desvelos por un período de veinte años. Cogolludo nos informa que fray Lorenzo de Bienvenida laboró posteriormente en el Obispado de Nicaragua. Intervino una vez más en Yucatán durante el enfrentamiento entre el obispo fray Francisco de Toral y sus hermanos de Orden. Bienvenida apoyó al obispo al tratar de disuadir a los franciscanos residentes en Yucatán de la actitud adoptada con el obispo a pesar de la opinión contraria a él manifestada por fray Francisco de Toral.

.