Baqueiro Anduze, Oswaldo

Baqueiro Anduze, Oswaldo  (1902-1945) Ensayista, historiador, periodista y novelista, nacido en Mérida y fallecido en la Ciudad de México. Hizo sus estudios primarios en la capital yucateca y desde muy joven trabajó en varias casas comerciales. Su inclinación a las letras lo condujo a colaborar en revistas, algunas de ellas de corta vida, donde aparecieron publicados sus primeros escritos. Formó parte del llamado Grupo Esfinge con otros destacados intelectuales jóvenes de esa época, los años veinte del presente siglo, que se reunían en las noches en el parque Hidalgo de Mérida: José Esquivel Pren, Clemente López Trujillo, Ricardo López Méndez, Alberto Bolio Ávila, Ermilo Abreu Gómez, José Salomón Osorio, Filiberto Burgos Jiménez, Roque Armando Sosa Ferreyro, Luis Augusto Rosado Ojeda y algunos más. Al fundarse en 1931 el Diario del Sureste prestó sus servicios en la redacción, hasta que se desavecindó de Mérida para residir en la Ciudad de México, donde desempeñó la dirección de la Biblioteca de la Cámara de Diputados al Congreso de la Unión.

Durante el régimen de Felipe Carrillo Puerto formó parte del equipo de intelectuales patrocinado por la Liga Central de Resistencia del Partido Socialista del Sureste.

Baqueiro Anduze dejó escritos y editados cuatro libros de muy alto valor sociológico y literario: Geografía sentimental de Mérida. Las piedras que hablan, 1937, que ofrece una imagen de la capital yucateca en cuyo trazo el autor enlazó su capacidad crítica con su vena lírica; La maya y el problema de la cultura indígena, 1937, una tesis novedosa de aspectos fundamentales de la problemática yucateca; Los mayas. Fin de una cultura, 1941, estudio sereno y juicioso en el que pone de manifiesto sus finas dotes para la investigación histórica, y La ciudad heroica, 1943, que contiene un conjunto de estudios de primer orden en torno a la ciudad de Valladolid y que abarcan la historia peninsular. Permanece inédita su única novela: La nave de los piratas ciegos.

El gran prosista Emilio Abreu Gómez escribió al fallecer Baqueiro Anduze: «Yucatán perdió con Oswaldo uno de sus pocos grandes ensayistas. Perdió además un hombre cabal: honorable, recto, sencillo. Yo perdí un entrañable amigo. Conservo de él inmarcesible memoria». De su obra opinó: «Pensaba Oswaldo en una cultura yucateca, no una cultura yucatanense sofisticada y baladí. Las obras que dejó son una prueba evidente de su honradez y atingencia. En ellas hay dos elementos comunes: claridad de pensamiento y claridad de expresión».