Suelos Capa asentada sobre la corteza terrestre y formada por material proveniente de la desintegración o alteración física o química de las rocas y por los residuos de la actividad de los seres vivos que ahí habitan. El suelo y el agua son recursos muy valiosos para la supervivencia del hombre, ya que de estos elementos depende el establecimiento de actividades agrícolas, ganaderas y forestales. La Península de Yucatán se caracteriza por su diversidad de suelos, entre los que se encuentran cambisoles, gleysoles, histosoles, litosoles, luvisoles, nitosoles, regosoles, rendzinas, solonchacs y vertisoles. Sin embargo, a pesar de esta diversidad, las variaciones referentes a sus características y propiedades no son muy amplias, ya que los diferentes tipos de suelo son muy similares en cuanto a su composición. La mayor parte de la superficie peninsular está cubierta por rendzinas y litosoles, mientras que los restantes tipos están limitados a pequeñas áreas. En la Península predominan los suelos someros, con coloraciones que van del rojo al negro, de textura franca y migajón arcilloso en el estrato más superficial. En un alto porcentaje, los suelos presentan un abundante contenido de piedras, hasta de 15 cm de diámetro y un frecuente afloramiento de la corteza calcárea. Regionalmente, estos suelos someros y pedregosos reciben diferentes nombres en lengua maya, en función de su característica predominante. A los suelos muy delgados y pedregosos (litosoles), se les denomina Chaltún y Tzekel y a los más profundos, dependiendo de su color superficial: Kancab para los de color café rojizo, Chac lu’um para los de color rojo y Box lu’um, Ek-lu’um y Pus-lu’um, para los de coloración negra o café muy oscura. Esta clasificación no concuerda con la de la FAO/UNESCO, que se basa en las manifestaciones morfológicas presentes en el perfil del suelo. A través de este perfil se pueden observar secciones verticales y cuando tienen características similares se les llama «horizontes», mismos que se designan con las letras A, B, C y D, y que pueden o no estar claramente delimitados. Para el caso de los horizontes A y B, el primero se extiende de la superficie hasta una profundidad que varía de algunas pulgadas a varios pies y se caracteriza por el hecho de estar altamente lavado el suelo; el segundo es una zona de deposición donde los materiales arrastrados por la filtración de las aguas se acumulan y se cementan en diversos grados.
Cambisoles: Su característica principal es la existencia de un incipiente horizonte B, denominado Cámbico, subyacente a uno A, Ócrico. Se confunden fácilmente con las rendzinas, ya que la única diferencia entre los dos suelos es la presencia del horizonte B. Se engloban en una sola denominación, Kancab o Chac-lu’um, según su color. Aparecen en la base de los declives de la Sierra de Ticul que miran al Noreste, desde Maxcanú hasta Tekax, manifestándose en diferentes zonas del estado de Yucatán en una intrincada alternancia con litosoles y rendzinas, semejante situación que se manifiesta en la mayor parte de Quintana Roo. En Campeche aparecen en una amplia zona al oriente y sur de Hecelchakán. Gleysoles. Suelos que presentan como característica fundamental la presencia de hidromorfismo. Se localizan en zonas donde se estanca o acumula, al menos temporalmente, el agua de lluvia. En la Península hay en dos regiones específicas: una que va de la bahía de la Ascensión hasta la de Chetumal, y otra en las tierras bajas e inundables que rodean la Laguna de Términos. En Yucatán, los akalchés cubren una pequeña franja sobre la línea Huntochac-Becanchén, en donde se abren hacia Tzucacab y Santa Rosa. Histosoles. Se desarrollan en zonas donde se acumula el agua, con altos contenidos de materia orgánica, ya sea hojarasca, fibras, maderas o humus y son poco erosionables. Su vegetación natural son pastizales. En la Península aparecen asociados con suelos pantanosos en las inmediaciones de los esteros y las ciénagas. Litosoles. Suelos poco desarrollados, de menos de 10 cm de profundidad y materiales diversos. Tienen una amplia presencia en la mitad septentrional de la Península y se les conoce como Tzekel, (someros con alta pedregosidad) o Chaltún (con exposición de la coraza calcárea). Presentan fuertes restricciones para su aprovechamiento agrícola, pero son los mejores para el cultivo del henequén. Luvisoles. Muy similares a los Cambisoles, sólo diferenciables por su mayor desarrollo que se manifiesta en la presencia de un horizonte B, Argílico. Están presentes casi exclusivamente en el estado de Yucatán, en su porción centro y oriente, asociados con litosoles, rendzinas y cambisoles, y al sur de la Sierra de Ticul, formando amplias explanadas, denominadas kankabales. Nitosoles. Al sur de Yucatán, en la región denominada Cono Sur, aparecen los nitosoles muy similares a los luvisoles férricos. Son propios de zonas de alta precipitación y muestran un profundo subsuelo enriquecido con arcilla. Se presentan generalmente cubiertos de bosque o selva. Regosoles. Se caracterizan por no tener distintas capas en su perfil y ser de color claro, semejante a la roca caliza que les da origen en la Península. Hay dos variantes: los depósitos arenosos de la costa, de origen conchífero, y los terrenos que separan la ciénaga de la tierra firme. Rendzinas. Suelos sencillos que presentan una capa superficial de no más de 50 cm de espesor, rica en materia orgánica, que descansa sobre roca caliza o algún material calcáreo. En asociación con los litosoles, ocupan la mayor parte de Yucatán, el centro y sur de Quintana Roo y el oriente de Campeche. Tienen una notable variación en su color, denominándose localmente las negras, Box-lu’um y Pus-lu’um; las cafés, Kankab, y las rojas, Chac-lu’um. Las de color negro son consideradas como las mejores para la agricultura por su fertilidad natural y alta capacidad de retención de la humedad. Solonchacs. Suelos con alto contenido de sales solubles. Se localizan en la franja de terrenos bajos de la ciénaga del litoral peninsular, así como en sus inmediaciones. Su vegetación está formada por pastizales y plantas que toleran las sales. En estos suelos, el nivel freático se encuentra a muy poca profundidad, normalmente a menos de 30 cm, por lo que presentan condiciones de hidromorfismo, aunque en ocasiones no se manifiesta morfológicamente. Son suelos de color gris amarillento muy claro, aun cuando se encuentran húmedos. Ventisoles. Suelos arcillosos que se desarrollan en áreas planas con drenaje deficiente. En épocas de sequía presentan grietas anchas y profundas. Son conocidos localmente como Ya’axhom Ak’alché. Son duros, arcillosos y masivos, de coloración café grisácea o gris. Pocas veces descansan sobre la coraza calcárea, pues se encuentran sobre materiales de origen calizo, como el sahcab. Se localizan en la porción sur de Yucatán, al sur de la Sierra de Ticul, en los amplios bajos inundables que ahí existen, principalmente al suroeste de Santa Rosa. En Campeche aparecen también en los bajos inundables existentes entre los ríos Champotón y Candelaria.
En la Península, los suelos se presentan generalmente en forma de complejas asociaciones de dos o más tipos diferentes. Así, a lo largo de la costa peninsular se dan asociaciones de regosoles, histosoles y solonchacs. Los litosoles y las rendzinas aparecen en estrechas asociaciones en suelos que tienen muchas limitaciones para la agricultura y que en gran parte se encuentran ocupados por plantaciones henequeneras, aunque también existen cultivos de árboles frutales. Al sur de la zona de suelos pedregosos se encuentran suelos someros, con asociaciones de cambisoles y luvisoles, en un área que se inicia en la zona occidental y corre en forma de franja, al norte de la Sierra de Ticul, para abrirse hasta cubrir una amplia superficie del oriente de la Península, dentro de la cual se encuentran Sotuta, Valladolid, Tizimín y Carrillo Puerto. Al sur de la Sierra de Ticul se encuentran los suelos profundos (luvisoles), en una extensa área que abarca el centro-oeste de Quintana Roo, en la cual aparecen frecuentemente asociaciones con litosoles, rendzinas, cambisoles y luvisoles. Esta área de luvisoles cubre también parte del norte de Campeche y en el sur existe una amplia zona, en su porción central, con asociaciones de regosoles (predominantes), vertisoles y rendzinas, región que al poniente colinda con una zona con predominancia de vertisoles. La generalizada condición somera de los suelos peninsulares obliga a realizar su desmonte y mecanización de manera cuidadosa para no destruir el delgado suelo existente.