Sierras

Sierras  La planicie peninsular presenta en su parte media una cadena de pequeñas elevaciones debidas a plegamientos ocurridos en la era Terciaria (períodos Eoceno y Oligoceno). La altura promedio de esta formación es de 125 m y tiene la forma de una Y acostada en cuyo ángulo se encuentra el poblado de Maxcanú. Uno de los brazos de esta Y se conoce como sierra alta y otra como sierra baja, y es distinta la conformación.

Sierra Alta. Se le llama también Sierra de Bolonchén. Partiendo de Maxcanú, corre en dirección suroeste, hacia la costa; estructura el anfiteatro de Campeche, continúa hacia Seybaplaya, donde presenta salientes al mar y se desvía rumbo al Sur hasta alcanzar las montañas del norte de Guatemala. Se cree que el origen de esta sierra es la deformación ocurrida en la cuenca Chapayal de Chiapas y el norte de Guatemala, durante el período Oligocénico y que los numerosos valles enclavados se deben a fallamientos; estos valles alcanzan hasta 5 km de diámetro y aunque secos ahora, es probable que en el pasado hayan contenido pequeños lagos.

Sierra Baja. Conocida como pu’uk, en maya y también como Sierra de Ticul. Se inicia en Maxcanú y sigue en dirección Sureste hasta la cercanía de la laguna Chichankanab, en Quintana Roo. Está formada por innumerables colinas alargadas dispuestas en una serie de camellones sensiblemente paralelos y separados por angostas franjas de terrenos planos; su ancho varía desde menos de 2 km hasta poco más de 10 km. Está constituida por rocas calcáreas del período Eocénico, de extremada dureza. Los suelos son arcillosos, de color café rojizo, conocidos con el nombre maya de kankab, que significa tierra amarilla; en las planadas los suelos son más profundos, libres de piedras, de color oscuro, por lo que se denominan ek-luum, tierra negra. En las entrañas de los cerros hay muchas cuevas y grutas, como las de Loltún, Kalketok, Sabakjá, entre otras.