Sociedad Filarmónica de Mérida

Sociedad Filarmónica de Mérida  (1872) Fue fundada a instancias del músico José Jacinto Cuevas el 22 de diciembre de 1872 en Mérida, con el objetivo de subsanar la carencia de instituciones que se dedicaran a la enseñanza de la música y las artes a las jóvenes yucatecas, ya que las mujeres no eran admitidas en la Academia del Instituto Literario del Estado. Por ello, la sociedad creó la Academia de Música para Señoritas, cuyo éxito culminó en 1873 con la creación del Conservatorio Yucateco. El conservatorio funcionó como una institución de enseñanza mixta que fusionó los esfuerzos y el alumnado de ambas academias. En su reglamento se destaca, además, la intención de «Socorrer según sus fondos lo permitan, a juicio de la junta directiva, a los profesores y artistas, músicos o dramáticos inscritos como socios cuando se encuentren sin recursos para subsistir» (Reglamento de la Sociedad Filarmónica de Mérida, 1873).

Su primera Junta Directiva estuvo conformada por Rodulfo G. Cantón, presidente; Luis Gutiérrez, vicepresidente J.J. Cuevas, director de la academia de música; J. Sánchez Caballero, director de la academia de declamación; Isabel Heredia, vicedirectora de la academia de música; Néstor Rubio, vicedirector de declamación; Pastor I. Milán, tesorero y Ricardo Gutiérrez, prosecretario.

La Sociedad Filarmónica funcionó y logró sus objetivos al aglutinar cinco tipos de socios, cuyas tareas, obligaciones y compromisos con la sociedad eran diferentes: 1) Socios protectores. Personas amantes de las bellas letras que quisieron pertenecer a la sociedad contribuyendo con una cuota de un peso. 2) Socios profesores. Personas que subsistiendo del ejercicio de la música quisieron pertenecer a la sociedad al prestar en ella sus servicios. 3) Socios honorarios. Artistas, compositores y músicos a quienes la junta directiva confirió este título. 4) Socios corresponsables. Personas que residieron fuera de Mérida y tuvieron conocimientos de música o declamación quisieron pertenecer a la sociedad y prestaron los servicios que la junta les señaló.

La sociedad aglutinó a importantes representantes de la cultura y las artes peninsulares. Algunos de sus miembros fueron: José Antonio Cisneros, Rafael Albertos, Andrés Aznar Pérez, Gabriel Aznar Pérez, Ramón Gasque, José Agustín Cuevas, Primo W. Encalada, Venancio Cervera, Benito Pacheco Cepeda, Miguel Iturrarán, Antonio Quijano, Antonio Flores, Luis González, José García Montero, Juan E. Basulto, Francisco Buenfil, Rafael Acosta, Enrique Basulto Peña, Leopoldo Albertos, José M. Anguas, José Dolores Cuevas, Delfín G. Cantón, Higinio C. Castellanos, Candelario Cabrera, Fernando Cervera, Pedro Castillo, Juan de Dios Espinosa, José María Evia, Paulino Evia, Marcial Echánove, Manuel Molina, Miguel Martínez, Francisco Navarrete, Luis Monsreal, Ignacio Rubio, Juan de D. Pinto, Tomás Pinzón, Miguel P. Rivón, José Domingo Sosa Escalante, Carlos M. Sauri, Francisco Sánchez, Sergio Padrón, Francisco Irabién y Andrés Ibarra.