Obsidiana

Obsidiana  Vidrio natural posvolcánico usado durante la época prehispánica para elaborar diversos objetos utilitarios y decorativos. Sumamente frágil, era elaborado con gran destreza y cuidado. Los mayas utilizaron la obsidiana que fue llevada a las tierras bajas por los comerciantes. Fray Bernardino de Sahagún señaló que los mercantes culhuas llevaban a Cimatán y Xicalango, objetos de oro, orejeras, cuchillos de obsidiana con mango de cuero, pieles de conejo y hierbas medicinales, llegados allí por mar, los cuales posteriormente, según J. Eric S. Thompson en Historia y religión de los mayas, serían llevados por los putunes a todos los rincones de las tierras bajas. Entre las exportaciones de las tierras altas del área maya se encontraban el jade, la albita, lava labrada, cinabrio, ceniza volcánica, la obsidiana y otros productos de origen mineral. Thompson dice que el hecho de que la obsidiana se haya encontrado por todas partes en los sitios de tierras bajas, indica que muchos de los productos acabados procedían de talleres propios de esta región aun cuando no existen yacimientos de dicho mineral. Según este autor existen yacimientos de obsidiana en torno de La Joya, ubicada a 19 km al nordeste de la ciudad de Guatemala, y también a 9.5 km al norte de Asunción Mita. Suele aceptarse que la obsidiana verde procedía del centro de México. Zacapa, ubicado en el flanco noroeste de los altos guatemaltecos, al parecer fue uno de los grandes yacimientos de obsidiana, más cercano al oriente de las tierras bajas, precisamente entre las zonas alta y baja. Por otra parte, Marc Thompson, en su trabajo titulado «Una Introducción al Arte y Tecnología Lítica Precolombina», publicado en el Boletín de Antropología, núm. 36, 1979, señala que han sido utilizados análisis químicos de las fuentes de obsidiana para demostrar que ésta provenía de lugares distantes, desde las tierras altas de Guatemala y centro de México hasta las tierras bajas. Este autor dice que en el período Clásico maya (300-900 d.C.) la tecnología lítica comprendió casi la totalidad de las formas conocidas del lascado de piedras y alcanzó una cumbre sin igual en el Nuevo Mundo. En el antiguo México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador, los mayas produjeron objetos de piedra tallada considerados como artísticos. El inventario lítico de estos tiempos abarcaba herramientas como hachas de mano y cuchillos de piedra, grandes navajas prismáticas de obsidiana y excéntricas formas de pedernal y obsidiana, las cuales son posibles indicadores de cierto rango social semejantes a los cetros en otras culturas. Alberto Ruz, en El pueblo maya, señala que las principales regiones mayas exportaban, tanto hacia el interior como el exterior, productos de Yucatán, como la sal, cera, miel, maíz, frijol, pescados (secos, asados o salados), algodón, henequén, mantas tejidas, copal y pedernal como materia prima u objetos tallados y plumas de aves acuáticas. De Guatemala salían las maderas preciosas, pieles, algodón, plumas de quetzal, copal, liquidámbar, jade, obsidiana, turquesa, lava volcánica para hacer metates y morteros, polvo volcánico como desgrasante del barro y cerámica. De las costas del Golfo y del Pacífico se exportaban cacao y hule. De Chiapas, pieles, añil, cobre, vainilla, plumas de quetzal, ámbar y almagre y de Honduras, vasos de alabastro y cacao. También llegaban objetos procedentes de otros pueblos del centro de México, Oaxaca y América Central, entre los que figuraban la obsidiana, cobre, oro y cerámica. J. Eric S. Thompson, en su libro: Grandeza y decadencia de los mayas, señala que las hojas delgadas de obsidiana, aproximadamente del tamaño y forma de la cuchilla de una navaja, eran sacadas alrededor de núcleos de forma oval mediante cierta presión hecha por el extremo superior, con un palo o asta de venado. Las hojas quedaban listas para usarse tal como se desprendían del núcleo y no necesitaban retoque alguno, pues ambos filos eran extremadamente agudos. Estas cuchillas muy pronto quedaban romas por la fragilidad del vidrio. En las tierras altas podían sustituirse rápidamente, pero en la zonas bajas había que cuidarlas con esmero. Las piezas grandes de obsidiana se hacían lo mismo que los pedernales, en forma de hojas de laurel y por medio del astillado a presión. También con este material se elaboraron figuras de dioses y dibujos geométricos. Una pieza muy fina de obsidiana del arte maya encontrada en San José, Belice, fechada en el 950 d.C., es un hacha con mango que mide cerca de 30 cm de largo. La empuñadura fue cubierta parcialmente con estuco pintado. Por sus características, se infiere que como arma debió haber sido completamente inútil, pues hubiera bastado un duro golpe para romperla en múltiples pedazos mas como se encontró en una ofrenda, se deduce que fue concebida para uso ceremonial exclusivamente. Por su parte, Morley, en su libro: La civilización maya, dice que en el arte lapidario, el grabado y pulido de piedras muy duras, como el cristal de roca, la obsidiana y el granito, los mayas fueron muy superiores a los pueblos incas y de tierras adyacentes, pero un tanto inferiores en comparación con los pueblos aztecas del centro de México. De la obsidiana o vidrio de volcán, los mayas hacían diversos objetos y útiles de trabajo, como cuchillos, navajas, puntas de proyectiles, adornos y mosaicos. La obsidiana negra se usaba para hacer las puntas de las lanzas y las flechas y los dientes de la maca, garrote de guerra con filas de navajas de obsidiana insertas en sus lados opuestos.