Orbita, Juan de

Orbita, Juan de  (1593-1629) Fraile franciscano que con fray Bartolomé de Fuensalida, intentó pacificar la tierra de los itzaes. Natural de Arcila, España. Creció bajo la tutela de un tío clérigo, radicado en la villa de Torrijos del reino de Toledo. Las influencias de éste y su inclinación hacia las cuestiones espirituales lo hizo seguir la carrera de religioso. Recibió el hábito en el convento de Esperanza la Real de Ocaña, en la provincia de Castilla. Desde novicio destacó de entre los religiosos del convento, y muy joven, profesó a los 18 años. Diego López de Cogolludo destaca: «Dice el padre Fuensalida en la relación (que he dicho me dio escrita de la entrada que los dos hicieron a los itzaes) que era tan hermoso de rostro que la gente de Ocaña le llamaba el niño Jesús, y que luego que profesó, el guardián le hizo limosnero del convento, y con ser tan mancebo le enviaba a pedir limosna por los pueblos de la guardianía, en cuya expedición, como otro S. Diego, repartía muchas limosnas a los pobres y que Dios se lo aumentaba llevando al convento más que otros limosneros…» Llevaba tres años como religioso en el convento de Ocaña, cuando en 1615 el fraile Dionisio Guerrero solicitó 15 religiosos para la provincia de Yucatán, necesarios para la evangelización de los naturales. Orbita decidió incorporarse a esta misión. Establecido en Yucatán, aprendió muy bien la lengua maya y de inmediato comenzó a predicar entre los indígenas. En estas labores estuvo hasta 1618, en que con Bartolomé de Fuensalida se dirigió a la región de los itzaes para convertirlos al cristianismo. Sin embargo, no pudieron realizar el objetivo deseado y se vieron obligados a retornar a Yucatán. De nueva cuenta lo intentaron en 1619; en esta ocasión, en la isla de los itzaes, cuyo cacique era Canek, Orbita arremetió contra un ídolo de los indígenas, Tzimín Chac, acto que por poco le cuesta la vida. Frustrado también este intento de conversión, los franciscanos fueron expulsados violentamente. Sin embargo, continuó evangelizando en la región occidental, recorriendo los montes y serranías de Champotón y Sahcabchén en busca de indios montaraces, que allí se refugiaban. En estos viajes, pasó muchos trabajos y peligros por lo intrincado del terreno, lleno de lagunas y ciénagas. Catequizó, bautizó y pobló Sahcabchén, lugar del que fue guardián, y Champotón. Los indios lo llamaban Ahkin Ximbaltiyoc, que significa: el sacerdote que anda a pie. Sobre Orbita, refieren numerosos milagros Lizana y Cogolludo. Entre la leyenda que envuelve a este franciscano se encuentra el haber recorrido grandes distancias a pie, llegando más rápido que quienes lo hacían en bestias, el haber resucitado a la gente para poderlas confesar, y apariciones del fraile. Recién fundado el convento de la recolección en Mérida, fue elegido para administrarlo. En esta labor ayudó espiritualmente a muchos pobres de los arrabales y barrios miserables. Gozaba de buena salud cuando, repentinamente atacado de un fuerte dolor, murió en esta ciudad el 5 de agosto de 1629. (Véase: Fuensalida, Bartolomé).