Balankanché Gruta ubicada a 4 km al poniente de Chichén-Itzá. El nombre significa «asiento del balam» (balam como cargo sacerdotal). En este sitio se realizaban ceremonias y se hacían ofrendas en honor a Chaak, señor de la lluvia y del agua, desde principios de la era (años 200-300); posteriormente siguieron realizándose ceremonias, aunque en algunas vasijas se nota la influencia del altiplano (años 1000-1100), pues la figura del señor del agua se asemeja a la que adoptaron los mexicas con el nombre de Tláloc. La gruta tiene la forma de una T invertida, estando la entrada al Norte, en el extremo de la rama larga de donde siguen una serie de pasajes o galerías tortuosas que corren hacia el Sur hasta el nivel del agua, 28 m debajo de la superficie, interrumpidas por algunas cámaras, hasta llegar a una gran cámara cuyo techo tiene 7 m de altura y se caracteriza por tener en el centro, una gruesa columna formada por una estalagmita y una estalactita unidas. De esta cámara se desprenden dos galerías opuestas, una hacia el Oriente y otra hacia el Poniente. A partir de 1932 en que fue descubierta, ha sido objeto de exploración y excavaciones por varios grupos. En 1959 el guía de turistas José Humberto Gómez descubrió una amplia sección hasta entonces tapiada que fue explorada por varios investigadores del INAH, de la National Geographic y la Universidad de Tulane; en ella se encontraron en magnífico estado de conservación varios conjuntos de restos de ofrendas religiosas, tales como incensarios, vasijas, metates en miniatura, platos, etcétera, en años recientes se iluminó y adecuó la gruta para poder ser visitada, con los objetos originales en ella encontrados.