Fortificaciones

Fortificaciones  Se comprenden como tales las obras y edificaciones construidas para mejorar la defensa de un poblado. En tal sentido se pueden considerar las murallas y cercos de piedra que los mayas levantaron en muchas ciudades, que construyeron en su extensa área primitiva. Actualmente, en la Península se han localizado cerca de 20 sitios que presentan elementos constructivos identificados como posibles obras defensivas. En el vocabulario maya yucateco existen las palabras pak y pa’ para pared y muralla, xoypak y u pak kah es la cerca o muro del poblado; ich pa’ significa dentro del muro. Concretándonos a Yucatán, se mencionarán los sitios explorados.

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Mayapán. Tuvo una muralla de 9 km de longitud y cerca de 3 m de altura, con parapeto y 12 accesos, estando la puerta principal al Sureste; dentro del área se encontraba otra muralla de 5 km y menor altura que rodeaba las principales estructuras. Hay que hacer notar que las murallas y los edificios fueron arrasados en 1441.

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Chichén Itzá. Tuvo una muralla de 2 m de altura que abarcaba solamente el grupo de edificios del Norte; su entrada principal estuvo al Poniente, cerca del actual parador.

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Uxmal. En 1841, Stephens hizo un boceto de la muralla, que en 1977 fue explorada y ubicada; es de forma ovalada y circunda los principales edificios.

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Chak-Chob. Esta localidad fue descrita en 1845 por fray Estanislao Carrillo, quien menciona una muralla de 1,410 m de largo y 2.5 m de alto con 6 accesos.

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Dzonot Aké. Se conserva una parte, de 1 m de altura, pero con 3.5 m de ancho.

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Cucá. Tiene una muralla exterior de doble pared, con 2 m de altura y 3 m de ancho. Dentro del espacio abarcado hay otra muralla de menor extensión, pero igual altura, que circunda los edificios principales.

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Muna y ruinas de Aké. También tuvieron murallas que rodeaban a los conjuntos de edificios principales, pero de poca altura, un metro más o menos. Respecto de Ich-kaansihó, no hay ninguna mención de que hubiera tenido muralla. En este sitio fundó Montejo la Ciudad de Mérida en 1542, y aunque pensó utilizar el mayor cerro para construir un fortín, que además se le señalaba en sus capitulaciones, no lo hizo, prefiriendo cedérselo a fray Luis de Villalpando para que ahí se estableciesen los franciscanos, que primero aprovecharon los edificios para alojarse mientras construían su convento e iglesias.

En 1597 se construyó en Campeche la primera obra defensiva contra los piratas, que fue la torre de San Benito, en el barrio de San Román; luego se levantó el fortín denominado Santa Cruz en el cerro conocido como la Eminencia, también cercano a San Román; ambos fueron destruidos por los piratas desde sus primeras incursiones. Otro fortín llevó el nombre de San Bartolomé, se construyó entre los barrios de Guadalupe y San Francisco. En 1610 se sustituyó la torre de San Benito por un castillo, que en 1640, aún no terminado, fue destruido por los piratas, lo que obligó a construir otro nuevo en 1642, aunque en sitio distinto pero cercano, que se reconstruyó en 1674 y se inauguró en 1677 con el nombre de San Carlos y que constituyó uno de los bastiones del amurallamiento de la ciudad. En 1640 se construyó un baluarte, llamado El Bonete, en la plaza de armas de Campeche, frente al mar, que ya muy dañado debe haber sido demolido en 1679; en 1687 se construyó, un poco más al Poniente, el fortín denominado Bastión de la Soledad. El 3 de enero de 1686 comenzaron las obras de amurallamiento de Campeche, que se terminaron en 1704 al concluir el baluarte de Santiago. La muralla tiene un grosor de 2.50 m, altura 8.40 m y largo total 2,720 m (de los cuales subsisten 675 m). Tiene la forma de un polígono alargado de seis lados, con un baluarte en cada esquina; originalmente tuvo las puertas de Guadalupe, de San Román y la de Mar; después, en 1726, se abrió la de Tierra, con sus defensas. En 1893 y algunos años después, las autoridades derribaron varios lienzos de murallas, aduciendo que ya no tenían ninguna utilidad.

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Lerma. Junto a la playa, en 1860, se construyó un castillo; en 1880 fue demolido y ahí se edificó la estación de tranvías.

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Champotón. En la misma época se levanto el fuerte de San Antonio, con muros de 5.30 m de alto; en 1896 se puso el faro en el centro de una explanada.

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Otros. Para completar el sistema defensivo de Campeche, al Oriente se construyeron los fuertes de San Martín y San Lucas y en un cerro intermedio el de San José; igualmente al Poniente se levantaron los fuertes de San Luis, San Fernando y San Miguel, en un cerro.

En la costa oriental de la Península, para defenderse de los piratas del Caribe, posiblemente a principios del siglo XVIII se construyó Bacalar, en la orilla de la laguna y frente a la ría que comunicaba con el mar, un fuerte en forma de estrella de cuatro puntas, con un cuerpo central y romboides en cada esquina, rodeado por un foso de 4 m de profundidad, con un puente levadizo del lado de tierra; en su interior contaba con un cuartel y dos aljibes. Por lo que concierne propiamente a Yucatán, la fortificación de Mérida se inició a fines de 1666 por el gobernador y capitán general Rodrigo Flores de Aldana, quien eligió el gran cerro donde se encontraban el convento franciscano y tres iglesias; las obras se hicieron en 19 meses, concluyéndose el 31 de mayo de 1669. Se levantó un muro de unos 12 m de alto y 2.40 m de espesor, que rodeaba la parte alta del cerro, de forma hexagonal, con eje mayor de Norte a Sur y seis pequeños bastiones en los ángulos; se dejaron tres puertas: al Oriente, al Sur y al Poniente, que era la principal, todas con puente levadizo y un fosillo; en su interior, adosados a la muralla en sus lados sur y poniente, se construyeron cuarteles, oficinas y bodegas; se contaba con dos pozos y se artilló con 18 cañones antiguos. Al nuevo gobernador Frutos Delgado no le pareció conveniente que hubiese tres puertas, por lo que a principios de 1670 mandó tapiar dos y se conservó sólo la del Poniente.

En 1672 otro nuevo gobernador, Miguel Franco Cordonez de Soto, trajo piezas de artillería y mosquetes para dotar a la ciudadela de San Benito, nombre con que se conoció a la obra. En 1821 los franciscanos abandonaron el convento y el servicio de las iglesias, por lo que desde 1840 sirvieron de cuarteles y bodegas. Con base en que la ciudadela sólo había servido para propiciar asonadas, cuartelazos y levantamientos, en 1861 el gobierno estatal solicitó y obtuvo del gobierno federal la autorización necesaria para demolerla, por lo que en 1869 se eliminaron los muros del Sur; en 1872 se terminó de reconstruir y remodelar parte de los cuarteles antiguos del lado sur, surgiendo el edificio llamado El Castillo, que se destinó para cárcel pública; al mismo tiempo se acondicionó una rampa que desde entonces fue conocida como la bajada del Castillo. Desde 1895 este edificio dejó de ser cárcel, pero siguió funcionando como retén de policía. En 1880 se elaboró un plan de eliminar todo el cerro y construir en el área un nuevo mercado, por lo que se comenzó por rebajar el lado norte, hacer el trazo de la calle 65 y poner a la renta los lotes resultantes; en 1882 se construyó el edificio de una ferretería, El siglo XIX, en el extremo poniente de esa calle y en 1888 se cedió el extremo oriente para instalar la estación del ferrocarril de Peto; se levantaron también otros edificios, utilizando las piedras de las murallas. En 1902, cuando se iniciaron las obras de pavimentación de la ciudad, se instaló en el cerro una trituradora de piedras que acabó con los restos de las antiguas edificaciones religiosas y de las murallas.

El Castillo siguió en uso hasta 1943; después, en 1962, se comenzó a demoler el cerro, trabajo que se terminó en 1970. Otra fortificación que puede mencionarse es la del fuerte de San Antonio, en Sisal, levantado a principios del siglo XVIII; es de forma rectangular, con dos torres frente al mar; tiene parapetos con barbacanas; en 1850 se agregó un faro; en 1905 se reconstruyó el Castillo.

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