Fotografía Guerra

Fotografía Guerra  En 1877 el español José Huertas abrió un taller de fotografía en la calle Iturbide, hoy calle 63, denominado Fotografía Artística Huertas y Cía. Se hacían retratos al colodión húmedo, técnica que empieza a desarrollarse a mediados del siglo y que evolucionó los procesos fotográficos, ya que se trabajaba a partir de un negativo donde el colodión servía como medio de suspensión para las sales de plata. En este taller Pedro Guerra Jordán comenzó a trabajar; hasta que lo compra con la condición de que Huertas se quedara; el estudio se llamó Huertas y Guerra. Disuelta la sociedad se incorporó Antonio Moreno López y el taller se denominó Guerra y Moreno, pintor de retratos y fotógrafo procedente de Veracruz. En 1883, Guerra Jordán queda al frente del negocio y lo llama Fotografía Guerra. Su fundador muere en 1917, pasando a manos de su hijo Pedro Guerra Aguilar. Entre las innovaciones técnicas introducidas está la toma de vistas nocturnas con el sistema luz de magnesio, la sustitución del viejo papel albuminado por el brillante paper solio y la puesta en moda de los retratos en papel aristo platino. En el taller se hacen trabajos de fotograbado, bicromías, tricomías y amplificaciones. Al morir Guerra Aguilar, en 1959, la gerencia queda a cargo de su sobrino José Castellanos Guerra quien llevaba el peso del negocio en los últimos años de vida de su tío. Al fallecer Castellanos Guerra, la negociación quedó bajo la gerencia de la viuda, Josefina Gual de Castellanos, quien desde mucho antes se había incorporado a las tareas de dirección de la empresa. Este estudio fotográfico llegó a almacenar poco más de 500,000 negativos, donde quedaron plasmados, además de retratos, innumerables momentos del devenir histórico de la Península. Gran parte del archivo fue adquirido por la Universidad Autónoma de Yucatán a principios de los 70, entre otros 60,000 negativos que se guardaron en la biblioteca de la UADY. En 1979, el archivo pasa como préstamo permanente a la Escuela de Antropología. Posteriormente se obtiene el resto de la colección y la Fototeca Guerra se convierte en el tercer archivo fotográfico-histórico del país.

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