Fernández de Velasco, Diego

Fernández de Velasco, Diego  Gobernador de Yucatán (1597-1604). Hijo del conde de Niebla, Diego López de Zúñiga, virrey del Perú. Fue gobernador y capitán general de Nueva Vizcaya, antes de ser nombrado por el rey gobernador de Yucatán, el 11 de agosto de 1596. Tomó posesión de su cargo a fines de 1597 y designó como teniente a Martín de Palomar y como maestre de campo a Hernando de Castro Polanco. Al poco tiempo viajó a la Ciudad de México dejando el gobierno en manos de Martín de Palomar y retornó a la Península el 1 de junio de 1598. Ese mismo año, el puerto de Campeche fue invadido por piratas ingleses al mando de William Parker y los pobladores opusieron resistencia encabezados por el alcalde Pedro de Interián. Eligio Ancona menciona en su Historia de Yucatán que el rescate de Campeche probablemente tuvo lugar durante la administración de Fernández de Velasco, aunque el historiador Juan Francisco Molina Solís asegura que cuando apenas había partido el gobernador rumbo a la Nueva España se suscitó la invasión. Nuevamente, en abril de 1599, se tuvo noticias de la presencia de barcos piratas de nacionalidad inglesa frente a Cozumel. El gobernador mandó redoblar la vigilancia de las costas yucatecas y nombró al capitán Alonso Sánchez de Aguilar para defender el puerto de Río Lagartos, ya que en sus bodegas se habían concentrado gran cantidad de mercancías. Aguilar fortificó el puerto y logró que el enemigo se retirara. Los bucaneros regresaron con refuerzos once días después y atacaron, pero ante la respuesta de los pobladores abandonaron el lugar y se dirigieron a Tabasco donde saquearon la villa y se retiraron inmediatamente. El 2 de abril de 1599 se informó al Ayuntamiento de Mérida el fallecimiento de Felipe II, acaecido el 13 de septiembre del año anterior, y la elevación al trono de Felipe III. El 18 de abril se verificó la jura al nuevo rey bajo la presidencia de Fernández de Velasco, ante una multitud de indios, mestizos y españoles, concentrados en la gran plaza principal y sus avenidas. Pocos días después se celebraron en la Catedral de Mérida las honras fúnebres por el rey fallecido. En marzo de 1600, las campanas de Mérida tocaron a rebato convocando a los habitantes de la ciudad a la plaza principal. Ahí el gobernador informó que los filibusteros habían regresado a las aguas de la Península y que se preparaban para atacar la capital. Pronto se organizó una compañía de 30 hombres que bajo las órdenes del escribano de Cabildo Ambrosio de Argüelles se trasladó inmediatamente a Sisal para fortificarla, mientras que Fernández de Velasco permaneció en Mérida haciendo los preparativos para su defensa.

Al recibir una comunicación de Argüelles donde informaba que cuatro barcos piratas se encontraban parados frente a Sisal, el gobernador partió para ese puerto llevando consigo un buen número de soldados, pero se detuvo en Hunucmá y ordenó a Juan de Magaña continuar con la expedición. La presencia de las tropas y del gobernador ahuyentó a los filibusteros quienes levantaron anclas y se marcharon luego de 24 días de acecho. Durante su administración, Fernández de Velasco tuvo diversas diferencias con el obispo Juan Izquierdo, entre ellas la originada ante la iniciativa del prelado para que Yucatán se independizara judicialmente de la Audiencia de México y se creara una nueva audiencia con sede en Mérida y con jurisdicción sobre Yucatán, Campeche y Tabasco. El gobernador se opuso a tal iniciativa argumentando ante el rey que era inconveniente porque los negocios judiciales que se ventilaban en Yucatán eran triviales y no merecían la creación de tan alto tribunal, además del costo que representaría frente a las escasas rentas reales que generaba la Península.

Asimismo, el gobernador acusó al obispo ante el rey de tratar con demasiado rigor a sus clérigos y de interferir en la elección libre de los curas y otros beneficiados eclesiásticos, al presentar un solo opositor en lugar de varios, con el objeto de imponer a su candidato e impedir que él ejerciera el real patronazgo. En su administración continuó el conflicto de los franciscanos para que no se les obligara a ceder parroquias a los clérigos seculares. Fray Juan Izquierdo instó en el Real Consejo de Indias para que algunos curatos se quitaran a los religiosos y se dieran a los clérigos; Fernández de Velasco se opuso y apoyó a los franciscanos. La solicitud del obispo fue desechada por Autos de 16 y 22 de enero de 1599. También tuvo un desacuerdo con los campechanos, relativo a otorgar residencia personal al Cabildo y demás justicias de la villa, por lo que delegó en un juez comisionado esta función. Solicitó a la Corona el poder nombrar alcaldes mayores en vez de los ordinarios con el fin de centralizar la justicia. Durante su administración se dio por terminada la obra de cantería de la Catedral y solicitó al rey la creación de una fuerza militar permanente para la defensa de Mérida. Al final de su período, se ocupó de pacificar las tierras de la Bahía de La Ascensión, empresa que había fracasado en dos ocasiones anteriores. El capitán Ambrosio de Argüelles capituló en 1601 con el gobernador, el sojuzgamiento de los naturales de esas tierras, hasta los confines de Guatemala. El 23 de noviembre de 1601 se celebraron las capitulaciones, aunque la expedición fracasó ya que cayó en manos de piratas ingleses, quienes la derrotaron y saquearon regresando a Mérida tres meses más tarde sin haber cumplido la misión. Terminó su gestión el 11 de agosto de 1604, dejando el cargo en manos del mariscal Carlos Luna y Arellano. En 1606 fue designado gobernador de Cartagena de Indias y en 1615 gobernador y capitán general de Panamá, así como presidente de su Real Audiencia. Murió durante el desempeño de este cargo.

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