Labná Sitio arqueológico perteneciente al municipio de Tekax. Es quizá uno de los mejores ejemplos del estilo arquitectónico llamado Puuc y se caracteriza por el bello decorado de las fachadas, hechas con mosaico de piedra delicadamente labrada. Según estudios realizados en los primeros años de esta década, Labná fue un centro ceremonial que comprendía aproximadamente 3 km2, donde se distribuían dos conjuntos de estructuras, además de numerosos chultunes y otras obras hidráulicas como las aguadas artificiales que servían para almacenar agua, debido a la carencia de cenotes en sus cercanías. Según Po-lock, el nombre de Labná deriva de las palabras mayas lab que quiere decir viejo, arruinado y na o naj que significa casa, es decir la casa o casas viejas. Su significado lleva a concluir que fue llamada así por los nativos, cuando ya estaba abandonada y destruida.
Barrera Vásquez proporciona la etimología de una palabra que pudo haberse utilizado para Labná, ya que tiene un sonido muy similar y su significado es congruente: Lab-Kah, que quiere decir ciudad despoblada o abandonada. Las primeras noticias escritas sobre Labná fueron ofrecidas por John L. Sthepens, quien describió los edificios del Mirador, El Arco y el mascarón de fauces abiertas del Palacio. Posteriormente, entre 1888 y 1889, Erick J. Thompson, llegó al lugar y elaboró el plano de El Palacio, el sacbé y el Mirador. Más adelante, hacia 1897, realizó un trabajo sobre los chultunes de este sitio. Por su parte, el Centro Regional del INAH ha efectuado numerosos trabajos de conservación. Los primeros en 1956 cuando se liberaron El Arco y el edificio anexo. En 1957, se consolidó el Mirador y se efectuó la limpieza de otros edificios.
En los 70, se afianzaron algunos elementos decorativos del friso de El Palacio y se resanaron grietas y agujeros. Labná es el ejemplo de un centro ceremonial bien definido, aun cuando la distribución de edificios y plazas, no da la apariencia compacta y regular de otras ciudades mayas. Cuenta con un sacbé que conecta los grupos de El Palacio y del Arco, y que prácticamente divide la plaza en dos partes. La trompa o nariz de la máscara instalada en la fachada poniente, en el ala este de la estructura denominada El Palacio tiene una fecha marcada con jeroglíficos que han sido interpretados de diferentes formas por estudiosos como Morley, Beyer y J. E. S. Thompson.
Por su parte, Polock se inclina por la última opinión que señala la fecha maya 10.1.13.0.0., que corresponde al año 862 d.C. Tomás Gallareta Negrón, director de las obras de restauración de Labná, en 1993, comentó que esta ciudad floreció en un período de tiempo muy corto que abarcaría aproximadamente del 700-750 d.C. al 900-1000 d.C. Las estructuras más importantes de este sitio arqueológico son El Palacio, que en realidad es un conjunto de edificios asentados sobre una larga plataforma, que se divide en tres secciones mediante edificaciones transversales con armazones laterales como en escuadra y un edificio central, decorados con mosaicos de piedra en los que predominan los mascarones al dios de la lluvia, grecas y haces de columnillas atadas. La Gran Pirámide o Mirador que es un basamento piramidal compuesto de varios cuerpos y una escalinata hacia el Sur que conduce a una plataforma superior sobre la que descansa el templo, que se compone de cuatro cuartos, con alta crestería como prolongación de la fachada. Esta estructura queda frente al patio comunicado a su vez con la Gran Plaza, mediante la estructura conocida como El Arco. Lo más sobresaliente de este edificio es su alta crestería, apoyada sobre la pared frontal. Esta crestería recuerda el estilo de los edificios del período clásico, es del tipo sencillo y perforado; contiene soportes en la parte posterior y unas protuberancias para retener una rica decoración hecha en estuco. Es posible ver los restos de la figura erecta de una deidad en la esquina poniente de este edificio, colocada en la parte central sobre la puerta, y dos jugadores de pelota, en la parte superior. El Arco de Labná forma parte del sistema de construcciones que separaban al patio de la Gran Plaza, y es una de las estructuras más interesantes de la arquitectura maya. En contraste con el arco de Kabah, que es muy sencillo en su construcción y en su decoración, éste es un arco más complejo y el decorado es muy rico en motivos ornamentales. Tiene dos fachadas: la que da al lado oriente, mira hacia el templo de la gran crestería y se eleva a la entrada por medio de varios escalones que arrancan del patio interior; se compone de dos cuartos laterales con entradas hacia el Oeste, cuyas fachadas ostentan dos tipos de decoración. En la del lado este predominan las grecas, lo mismo en las cornisas que en el friso; mientras que en la fachada oeste hay cabañas, paneles de celosía y mascarones de Chac en las esquinas.
El Edificio de las Columnitas es una estructura que fue construida al este de El Palacio. Forma una especie de letra L, con dos habitaciones ubicadas al Norte y seis más, con vista al Poniente. El edifico presenta una fachada sencilla, decorada con una ancha fila de columnitas, separadas por dos franjas, arriba y abajo. A principios de los 90, el INAH aprobó un proyecto de restauración de los principales edificios de Labná, y para conocer la extensión del lugar y establecer su cronología.