Lindo, Juan

Lindo, Juan  (1790-1857) Abogado y político. Nació y falleció en Honduras. Estudió en México la carrera de leyes y recibió su título de la Audiencia en 1815. Siendo presidente de su país en 1847, promovió recursos para la instrucción pública. Fue el único mandatario que se atrevió a auxiliar a México cuando los estadounidenses invadieron el país. Lanzó una proclama pública condenatoria e invitó a los otros gobiernos de Centroamérica a auxiliar a México, pero no tuvo respuesta. Sus generales publicaron su reprobación que fue reproducida en El Federalista, periódico de Querétaro del 10 de octubre de 1847, localizado por el historiador Alberto Valdés Inchausti. El 6 de junio de 1848 emitió un decreto, al tener conocimiento que los mayas sublevados habían capturado la plaza fuerte de Bacalar, (Yucatán), y miles de familias se agolparon en las playas yucatecas, semidesnudas y hambrientas, en espera de alguna embarcación que las llevase a Omoa, Trujillo y Comayagua. El decreto declaraba al estado de Honduras protector de las familias emigradas de Yucatán por disturbios políticos; ordenaba a las autoridades les diesen toda clase de auxilios y les ofrecía como suyos todos los terrenos que pudiesen cultivar; las excluía de toda carga concejil por cinco años y a todas las que fuesen a avecindarse en la capital Comayagua les donaba un solar para edificar sus casas. La Sociedad del Bien Público abrió suscripción para ayudar con dinero y toda clase de auxilios a los refugiados mexicanos. Entre otros cargos fue alférez real del Ayuntamiento de su país, subdelegado del partido de Nueva Segovia. Cuando fue jefe político juró la independencia de España y se unió a México de acuerdo al Plan de Iguala.

En 1822 regresó a México como diputado al Congreso y publicó Meditaciones de un pueblo libre, donde hizo reflexiones sobre los términos de la unión, libertad e igualdad. Con los nombramientos mexicanos de jefe superior político interino e intendente en Propiedad de Honduras volvió a Comayagua donde tomó posesión y ordenó el establecimiento de escuelas en cada ciudad y pueblo, aunque sus habitantes no excedieran los 25. A ellas concurrían niños de 5 a 14 años sin distinción de clases sociales.

En 1841 siendo jefe de Estado de la República de El Salvador, decretó la instalación de escuelas en todos los pueblos y valles con 150 habitantes y ordenó a los alcaldes y maestros enseñaran también un oficio y arte rural; el 13 de febrero decretó la creación de la Universidad y el Colegio de La Asunción y luego otro de secundaria en Sonsonate y San Miguel. En su testamento dispuso se le entregaran 500 pesos al colegio de Comayagua, otros a la Universidad de Tegucigalpa, otros tantos a la de El Salvador. Su figura biográfica fue rescatada por el historiador Rómulo E. Durón en su Biografía de Juan Nepomuceno Fernández Lindo, impresa en Tegucigalpa, en 1932, y en 1969, en la ponencia que el delegado de México Alberto Valdés Inchausti presentó al Primer Congreso Mexicano Centroamericano de Historia.