Loltún (Grutas de)

Loltún (Grutas de)  Se encuentran ubicadas a siete kilómetros de la cabecera municipal de Oxkutzcab y a unos 110 kilómetros al sur de Mérida. Loltún significa en maya: flor de piedra y las grutas se localizan dentro de la Ruta Puuc. Ocupan un área aproximada de 850 por 500 m. Algunos autores identifican al investigador alemán Teoberto Maler como el iniciador de las exploraciones de las grutas en 1886. Posteriormente, el estadounidense Edward Thompson entró en 1890, acompañado del fotógrafo Henry N. Sweet y el ingeniero Clinton H. Paige, así como Marshal Saville del Museo Peabody. Las grutas cuentan con dos entradas, una llamada de Loltún y la otra de Nah-cab. Ésta última es actualmente la principal, después de los trabajos de acondicionamiento e iluminación que se realizaron en el interior de las grutas. En el muro izquierdo de la entrada de Nahcab es visible un bajorrelieve que representa a un personaje ricamente ataviado, con características militares, por lo que se le conoce como El Guerrero. Por su estilo escultórico, se considera que fue realizado durante el período Preclásico. El recorrido por las grutas comienza en la Galería Principal, la cual después de 500 metros cambia de rumbo y termina en las cámaras 2 y 3. En el trayecto se observan diferentes formaciones naturales y vestigios culturales. Al inicio del mismo, se localiza al norte o lado derecho la Cámara de la Ventana o Calomkín, donde se han realizado algunas investigaciones arqueológicas. A partir de la entrada hasta unos 30 m, en la pared izquierda, se observan un grabado llamado Roseta y cuatro petroglifos. En ese mismo gran espacio, se encuentran la Galería y Cuarto del Infante, donde se localiza el Mural de las Manos Negras y en cuya parte final está la Galería de la Pared de las Manos o Pakil-Kab. Al concluir la Galería Principal se pasa a la cámara 2, que conduce por su extremo norte a la cámara 3 o Sala de las Inscripciones y por el Sureste a la Cámara 1 o de Loltún. La Sala de las Inscripciones es la cámara más espaciosa, con una longitud norte-sur superior a los 100 m, y una altura promedio de 30 m. Ahí se encuentran 32 lugares con petroglifos y 41 rocas con haltunes o pilas. Los petroglifos generalmente son diseños geométricos y las pinturas representan formas humanas o animales; algunas son figuras abstractas. Por el lado sur de la cámara 3 se llega a la cámara 4, cuya parte inferior del muro izquierdo tiene una cavidad con 11 representaciones muy simples de caritas. La cámara 1 contiene una vegetación muy especial y restos de barricadas que al parecer fueron construidas durante la Guerra de Castas. Otros puntos importantes de las grutas son la Galería Maya, y el Cuarto y la Galería de las Pinturas. Una formación de la Galería Maya se conoce como el Cuarto del Murciélago y en su extremo sur se encontró un mural de manos en negro con la técnica al negativo. Al sur del mural se ubica el Cuarto Maya, donde se halló la Cabeza de Loltún, una impresionante escultura de piedra con pronunciados rasgos olmecas: labios abultados, ojos oblicuos y cabeza voluminosa y redonda, exhibida temporalmente en el Museo Regional de Antropología e Historia y que se ha restituido a su lugar de origen. Fue hallada por Jack Grant en 1966 sobre un pedestal de estalagmitas.

En el Cuarto de las Pinturas se localizan, en el muro sur, las pinturas rupestres mejor elaboradas de Loltún. Representan perfiles y rostros de características mayas. En la galería hay representaciones de animales y figuras humanas, así como grecas escalonadas. Las evidencias de ocupación más antiguas se encontraron en el pozo conocido como Del Toro. Al ser excavado fueron hallados, en las diferentes capas o estratos, huesos y cascos de caballo de una especie extinguida en el Continente Americano hace unos 5,000 años, un colmillo de mastodonte, material cerámico y abundante material lítico con huesos de jaguar, venado, tortugas de tierra, roedores y aves. Al estudiarse la cerámica encontrada en Loltún se ha descubierto que hay piezas que van del Preclásico inferior (1200 a 600 a.C.), hasta la época colonial, particularmente del siglo XVI. El período de ocupación más intensa fue en el Clásico Tardío (600-900 d.C.). El uso principal de las grutas se relaciona con la explotación de los yacimientos de arcilla y material pétreo, utilizados para la fabricación de vajillas de barro e implementos de uso común.

Como recurso natural, se considera que los haltunes debieron servir de fuentes de abastecimiento de agua, especialmente en una zona donde casi no existen otras fuentes naturales como los cenotes y las aguadas. De manera secundaria se contempla su utilización mágico-religiosa, como un lugar de adoración y ofrenda.