Langosta voladora

Langosta voladora  Schistocerca piceifrons. Insecto de la familia acrídida, orden Ortópteros. Otros nombres populares son saltamontes, chapulín y en maya: saak. Tiene el cuerpo aplanado, de color verde, de 65 mm de largo y 2 a 4 g de peso; cabeza con poderosas mandíbulas y dos antenas; largas alas; patas traseras más altas, cubiertas de espinas. Los huevecillos están contenidos en una ooteca en forma de cápsula o canuto, siendo la primera ovada en mayo o junio y la segunda entre septiembre y octubre; las crías o ninfas se alimentan de la hierba circundante mientras crecen las alas; en la fase saltona realizan saltos y vuelos cortos. En forma solitaria prolifera durante algunos años y cuando las condiciones  le son propicias pasa a la fase gregaria en la que forma enjambres llamados «mangas», con decenas o cientos de millones de ejemplares que vuelan juntos a una velocidad de 12 a 16 km por hora, sin dirección determinada; su avance depende del viento, de la dirección que lleven y que bajen en determinado momento para comer o al caer el crepúsculo, llegando a recorrer 50 km o más al día. Comen vorazmente toda clase de vegetales, prefiriendo los cultivos de maíz, frijol, leguminosas en general, caña de azúcar, henequén, plátano, palmas de coco y de guano, tajonales, pastos, entre otros. Diariamente una langosta puede consumir en materia vegetal su propio peso.

Cuando los huevos en proceso de maduración empiezan a pesar en el abdomen de las hembras, éstas se van separando del enjambre y cuando todas están a punto de poner, el vuelo termina. Sus enemigos naturales son las gaviotas y pájaros; ciertos gusanos e insectos de las familias Gordius y Trombidium que devoran las cápsulas de huevos depositadas en la tierra; algunos hongos y bacterias les producen enfermedades. Se les puede combatir cuando depositan las ootecas, enterrando éstas en surcos de 12 cm de profundidad o más, con lo cual mueren las ninfas después de nacidas; en la fase saltona se les extermina con insecticidas clorados, tales como aldrín, clordano, heptacloruro y meloxicloro. En todo el continente americano, la península yucateca es la principal zona de incidencias de plagas de langosta; en fase gregaria se le encuentra en las zonas henequenera y ganadera de Yucatán, siendo el más importante foco, donde casi cada año se forman mangas, el triángulo formado por los municipios de Dzilam González, Buctzotz y Panabá. También fue un importante foco la antigua zona cañera alrededor de los ingenios Catmís y Kakalná; pero dejó de serlo al desaparecer las plantaciones de caña. La langosta ha sido un gran problema desde los tiempos prehispánicos; en los Libros de Chilam Balam se relatan hambre y migraciones humanas ocasionadas por este acridio al destruir las cosechas; de 1535 a 1835 se contaron 16 hambrunas por esta causa. En tiempos actuales hubo serias infestaciones que llegaron a abarcar la mitad de los municipios de Yucatán, así como gran parte de Campeche y Quintana Roo, como ocurrió en 1942-1944. El impacto socioeconómico ya no es tan severo como antes, pues se cuenta con más recursos, entre ellos los insecticidas, por lo que las mangas son menores y aunque destruyan plantaciones en algunos lugares ya no ocurren hambrunas.