Barbachano y Tarrazo, Miguel

Barbachano y Tarrazo, Miguel  (1807-1859) Gobernador de Yucatán. Hermano del escritor Manuel, de los mismos apellidos. Nació en la ciudad de Campeche, donde realizó sus primeros estudios; posteriormente, en Madrid, España, hizo los de teneduría de libros y economía política, además de especializarse como piloto de los mares de Europa. Regresó a Campeche en 1836, donde se inició en la política. Era notable orador. Fue elector de partido en 1837, habiendo sido luego juez de primera instancia. En 1840 fue designado vicegobernador del estado y, a partir de entonces, desempeñó en varias ocasiones las funciones del Poder Ejecutivo. Le tocaron tiempos difíciles. El 5 de enero de 1842 el Congreso del Estado aprobó los tratados celebrados el 28 de diciembre anterior, en los que participó Barbachano como uno de los comisionados de Yucatán, conforme a los cuales se reincorporaba la Península a la Nación; posteriormente el general Antonio López de Santa Anna se negó a reconocerlos. En ejercicio del Poder Ejecutivo, en agosto de 1842, Barbachano expidió un Manifiesto anunciando que se aproximaba el día en que Yucatán daría testimonio de que sabía defender su dignidad contra los tiranos. En abril de 1843 capitularon en Tixpéhual las tropas mexicanas enviadas por Santa Anna para someter a la Península; Barbachano, investido con facultades de presidente del país, otorgó el grado de general de brigada a Sebastián López de Llergo, jefe de las fuerzas yucatecas. El 24 de diciembre de 1846 el Consejo de Estado desconoció como gobernador a Barbachano y dispuso que asumiera el cargo Domingo Barret, jefe del pronunciamiento de Campeche (del día 8 del propio mes). El 28 de febrero de 1847 estalló en Mérida un movimiento que reconocía a Barbachano como gobernador y se encargaba del despacho el general López de Llergo, en tanto el primero regresaba de La Habana. Durante esos años enfrentó a los indígenas sublevados de la llamada Guerra de Castas. En 1853 fue destituido. El 3 de noviembre de 1856 llegó a Campeche, procedente de México, debido a que había sido nombrado jefe superior de Hacienda en el estado. Tres años después murió en Mérida. El 31 de mayo de 1869 el Congreso del Estado concedió una pensión de 500 pesos anuales a los hijos de Miguel, por los importantes servicios que éste prestó a Yucatán. El 30 de junio de ese mismo año fue declarado benemérito del estado.