Sociedad de la Juventud Católica (1879) Sociedad piadosa que fue aprobada por el gobierno eclesiástico de Yucatán y Tabasco el 21 de agosto de 1879. En el documento de aprobación, publicado dentro del reglamento, se señaló que la sociedad se regiría de acuerdo con las normas establecidas por la Iglesia y que, debido a la importancia de su labor, sus miembros gozarían de indulgencias: «Por lo tanto, se autoriza la importante obra que se propone trabajar en la enseñanza católica, por medio de las escuelas, debiendo por consiguiente sujetarse en su método y en sus textos á las prescripciones de la autoridad de la Santa Madre Iglesia, y rigiéndose como ofrecen los exponentes, en lo general, conforme á las bases del Reglamento de la Sociedad Católica de la Nación; acordando en favor de los asociados el goce de cuarenta días de indulgencias por cada acto piadoso que ofrecieran al Señor como miembros de la indicada sociedad». (Reglamento de la Sociedad La Juventud Católica,1879). Firmaron la aprobación el obispo Leandro Rodríguez de la Gala y el canónigo Crescencio Carrillo y Ancona.
Sus objetivos explícitos fueron promover la ilustración y la piedad entre los jóvenes, así como trabajar en las enseñanzas católicas por medio de las escuelas. En el artículo primero de sus reglamentos señalaron como único fin «Trabajar en la defensa y propagación de la Religión Católica, Apostólica y Romana». Para ello, se propusieron enseñar la doctrina cristiana en las casas y en los templos, publicar un pequeño órgano de difusión periódica y sostener las escuelas de enseñanza primaria. Por ello, esta sociedad sostuvo el Liceo de Niñas Nuestra Señora de Yucatán, cuyo primer director fue Crescencio Carrillo y Ancona, y su cuerpo de gobierno estaba compuesto por Manuel Rejón como presidente y Eduardo Andrade Arjona como secretario. Su patrona fue Nuestra Señora de Yucatán.