Sociedad Católica Central Diocesana del Obispado de Yucatán (1883) Sociedad laica cuya solicitud de aprobación al gobierno eclesiástico de la diócesis de Yucatán fue presentada el 18 de enero de 1883 por Rafael Peón y resultó aprobada ese año. Sus objetivos fueron cooperar, conservar, propagar y fomentar la doctrina cristiana en Yucatán. Entre sus obras más sobresalientes se encuentran la Escuela para Niños y Niñas Pobres, la propagación de buenas lecturas y una serie de conferencias anuales que se impartían en la iglesia Catedral de Mérida.
Su primera junta directiva estuvo conformada de esta manera: Rafael Peón, presidente; Augusto Molina y Fernando Escalante, vicepresidentes; Benito Ruz, tesorero; Joaquín Peón, vicetesorero; Felipe Ibarra Ortoll y Juan Francisco Molina, vocales; Andrés Sáenz de Santa María, secretario. Sus trabajos se dividieron en medios apostólicos ordinarios y extraordinarios. A saber, sus medios apostólicos ordinarios fueron enseñar la doctrina cristiana en los templos, hospitales, cárceles y talleres; así como establecer y sostener, por cooperación, colegios católicos. Los medios extraordinarios de apostolado fueron promover y organizar misiones, ejercicios y retiros espirituales; formar congregaciones piadosas y fomentar las peregrinaciones en honor a la Virgen o algún otro santo.
Esta sociedad se rigió por un reglamento que constó de siete capítulos y 47 artículos permanentes y tres adicionales. Los socios que la integraron se agruparon en cuatro tipos: activos, corresponsales, honorarios y bienhechores. La patrona de la sociedad fue la Inmaculada Concepción, bajo el título de Nuestra Señora de Yucatán. Los ingresos de la sociedad provinieron de las cuotas de los socios, de donaciones que les otorgaron en forma extraordinaria los bienhechores y del rendimiento de sus obras productivas.