Siempreviva (La) (1870) «Revista literaria quincenal. Órgano de la sociedad de su nombre». «Bellas artes, recreo, caridad. Redactada exclusivamente por señoras y señoritas.» Como su slogan lo señala, esta publicación tuvo la singularidad de ser redactada por mujeres yucatecas. La revista difundió las ideas de la Sociedad Literaria La Siempreviva; publicó artículos de sus miembros y recogió colaboraciones de mujeres escritoras de otras partes de la República. Los tópicos centrales de los editoriales fueron la problemática educativa y económica de la población mexicana, en particular de la mujer y los niños. Su primer editorial resaltó la publicación del periódico como uno de los logros más importantes de la Sociedad y el vehículo para conseguir la propagación de la educación de la mujer en el ámbito yucateco: «El establecimiento, por consiguiente, de un periódico en que dedicado á este fin solo apareciesen composiciones de plumas femeninas, era un elemento que no era fácil que pasase desapercibido á las iniciadoras de la sociedad y como querer es poder para las almas que tienen fe en sus creencias, é aquí presentado y realizado uno de los medios con que contamos para llevar adelante el fin que nos proponemos» (La Siempreviva, núm. 1, año 1, 7 de mayo de 1870:1). En un inicio, el discurso de sus redactoras era bastante combativo y utilizó parte del discurso feminista, pero en forma paulatina se adecuó a las circunstancias regionales. Sin embargo, la denominación de la mujer como colectivo social continuó presente: «Basta: ha llegado la hora de la ilustración de la mujer, manantial de la paz del hogar y de la tranquilidad de los pueblos; hermanas nuestras adelante». La educación se presentó, en las páginas de la revista, como la única opción de redención de la mujer y el camino seguro para adquirir dignidad en la sociedad humana. La invitación a unirse a la publicación se hizo abierta a las mujeres yucatecas y se utilizó, incluso, la composición en verso «Venid todas, venid, La Siempreviva / vuestra entusiasta protección reclama / y cariñosa con amor, os llama / y os brinda sus columnas con placer / Sacudid la inacción, alzad la frente/ Levantad con orgullo la cabeza / y podemos decir con entereza / que alcanza cuanto quiere la mujer».
Los núm. 1 y 2 fueron editados en la Imprenta de Manuel Aldana Rivas y a partir del 3 se utilizó la Imprenta del Gobierno, a cargo de Manuel Heredia Argüelles. En los primeros números la editora responsable fue Rita Cetina y a partir del núm. 16 lo fueron, en forma alternativa, Cristina Farfán, Rita Cetina y Gertrudis Tenorio Zavala. Figuraron como colaboradoras: Alvina Ravar Reseda, Roberta Rosas, Josefa Pérez Hernández, la niña Eduvige Sandoval Peniche, Julia G. de la Peña, María del Pilar Sinues de Marco, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Robustiana Armiño, Genoveva Sales Gutiérrez, Manuel L. Verna, María del Carmen Cota, Soledad Manero de Ferrer, Prisca Sandoval Peniche, Adelaida C. de la Fuente y Ángela Grassi. La revista se publicó dos veces por semana y a partir de 1872 se convirtió en semanario. En la actualidad se encuentra en la Hemeroteca José María Pino Suárez un tomo de esta publicación, que comprende del número 1 hasta el 43, este último fechado el 7 de marzo de 1872.