Santiago, barrio de Barrio histórico de Mérida, ubicado al poniente de ésta. Tradicionalmente se considera la calle 66 como el límite oriente del barrio, la 47 el Norte, la avenida Itzaes el Poniente y la 65 el límite sur.
En Santiago residía la población indígena que los conquistadores españoles encontraron a su llegada a T´hó. Era entonces un caserío situado a la vera del camino a Cupules, hoy llamado calle 59, alrededor de una enorme plazoleta; dependía del cacicazgo de Chakán, cuyo cacique residía en Caucel. Al fundarse la ciudad de Mérida en 1542, quedó como un pueblo de indios de los arrabales, que conservaron sus propias autoridades y fueron destinados a proveer de mano de obra y recursos alimenticios a los españoles. Algunos de los indios mexicanos que vinieron con los españoles fueron mandados a vivir a este sitio.
Hacia el siglo XVII fue construida su iglesia, concluyéndose en 1637, sin embargo, anexa a su lado sur hay una pequeña capilla, demolida en 1916 y reconstruida en 1925, llamada capilla de La Santa Transfiguración donde, según asegura una placa, se celebró la primera misa en capilla en Mérida, lo cual remontaría su antigüedad hasta la segunda mitad del siglo XVI. La iglesia de Santiago presenta un aspecto casi medieval, con sus numerosos contrafuertes, almenaje completo y una elegante espadaña de tres cuerpos que posee en total cinco vanos para campanas. Puesta desde un principio bajo la advocación del apóstol Santiago, se conmemora su fiesta anual cada 25 de julio, festejo que en otro tiempo conoció mayor gloria y que actualmente se reduce a la entrada de algunos gremios así como las misas de ordinario.
A principios de 1761, uno de los residentes del barrio, José Cecilio de los Santos Uc, quien trabajaba como panadero, en noviembre de ese año iba a desencadenar la rebelión de indios de Cisteil bajo el nombre de Jacinto Canek. Cuando este evento ocurrió, muchos de los habitantes del barrio fueron detenidos por sospechosos de estar tramando otra conjura similar. Lo mismo ocurriría en 1847, cuando inició la Guerra de Castas, tanto, que fue pasado por las armas Francisco Uc, cacique del barrio. Fue sepultado en la iglesia.
La importancia de Santiago se acrecentó con la apertura del puerto de Sisal en las postrimerías de la época colonial, ya que el camino real a Sisal comenzaba en el barrio, por lo que la llegada de personalidades y autoridades era motivo siempre de jolgorio así como a veces también su partida. El 6 de julio de 1864, en la plaza del barrio, el comisario imperial de Maximiliano en Yucatán, José Salazar Ilarregui, presidió la ceremonia de la colocación del primer poste de la red telegráfica que uniría a Mérida con Sisal. El 23 de noviembre de 1865, cuando llegó Carlota, la esposa de Maximiliano, de visita a Mérida, gran parte de los habitantes de la ciudad se apostaron en Santiago a su espera, donde comenzaba la calle real a Sisal, hoy calle 59 A, para lanzarle toda clase de vítores llegándose a levantar un arco en el barrio por tal motivo.
A la calle 59, la más significativa del barrio y que se conocía como camino a Santa Catarina, le fue impuesto en 1877 el nombre de Porfirio Díaz. Corría desde la plaza de este barrio hacia la de La Mejorada. La bonanza henequera le dio a Santiago numerosas mejoras materiales que configuraron gran parte del aspecto que hoy posee. Es por estos tiempos que se puebla de más habitantes criollos y mestizos dejando atrás su denominación de poblado indígena. Grandes aportaciones urbanísticas de la época porfirista fueron la apertura de la avenida Reforma en 1908, que ocupa la calle 72, desde la plaza hasta la entrada del Asilo Celaráin;en 1906, con motivo de la visita del presidente Porfirio Díaz, se inaugura en los linderos oeste del barrio un gran conjunto hospitalario que incluía el Hospital O´Horán y el Asilo Ayala, el parque de La Paz, una avenida que lustros después se llamará avenida Itzaes, así como mejoras al edificio de la penitenciaría; en 1910 se abre oficialmente el jardín botánico Centenario, al que luego se agregaría un zoológico, frente al parque de La Paz, y el edificio para la junta de sanidad estatal sobre la avenida Reforma.
Se construyeron por ese entonces varios tablados en que se daban espectáculos teatrales, musicales y hasta taurinos. En 1900 se inauguró el Circo Teatro Yucateco, en la esquina que formaban las calles 57 y 68 en 1914 se abrió el salón cine Frontera, en la parte poniente de la plaza; en el costado norte se abrió el Teatro Apolo, que luego cambiaría su nombre por Rex al convertirse en cine. Cerca de estos teatros aparecieron hoteles y posadas. Cuando en los años 30 del siglo XX decayó la actividad de tales espectáculos, dichos hoteles decayeron.
También por esta época aparecieron diversos colegios de enseñanza elemental; en 1892 se fundó el colegio particular de varones Nuestra Señora de Lourdes, que en 1919 cambió su nombre por el de Vicente Guerrero al ser confiscado por el gobierno. En 1922 el gobernador Felipe Carrillo Puerto devolvió el colegio a la administración original. En la esquina de las calles 59 y 72, ángulo sureste, donde existió un teatro de lámina que luego fue una comisaría de policía, se inició la construcción en 1903 de una casa-escuela pública que se inauguró en 1905 identificándose a partir de entonces por su notable cúpula; durante el gobierno de Salvador Alvarado se le puso el nombre de Nicolás Bravo, como se conoce hasta la fecha. En 1905 se inauguró la escuela católica particular para niñas Leandro León Ayala, en la calle 59 No 624 entre 74 y 76, al que el gobierno de Alvarado llamó Eligio Ancona. En 1912, las hermanas Fusted Acosta, de origen chileno, traspasan al barrio su propio colegio católico particular. En 1921, el Colegio Americano The Turner Hodge, también se pasa a Santiago, en el predio 499 de la calle 72, y a fines de los 1910, la profesora Clemencia Duarte fundó otro colegio particular mixto que llamó Escuela Reforma.
Así también surgen diversas residencias como la llamada Quinta Iturralde, que durante mucho tiempo fue conocida como la Quinta de los Alemanes, ya que la habitaban súbditos germanos que poseían un establecimiento ferretero denominado El Candado. Esta quinta fue habitada por el general Salvador Alvarado en 1915. En 1925, al adquirirla José María Iturralde, la reedifica por lo que la gente comienza a conocerla como Quinta Iturralde. La fastuosa casa del comerciante Eduardo Pinkus, construida en 1901, fue ocupada luego por el Colegio Americano.
Fue en la gestión del alcalde Enrique Recio, de 1918 a 1919, cuando se edificó un pequeño mercado para los vendedores habituales que mercaban al aire libre. A fines de los 40 fue reconstruido y ampliado por la administración del alcalde Vicente Erosa, que le puso el nombre de Santos Degollado, nombre laico del barrio puesto a fines del siglo XIX por la autoridades liberales. El mercado está situado en la espalda norte de la iglesia. Muchas anécdotas se refieren a tres establecimientos tradicionales del barrio: la farmacia Oasis, de principios del siglo XX y que originalmente fue tienda y panadería; la panadería La Primera Central, abierta en 1923, y la cafetería La Flor de Santiago, inaugurada en 1926. La plaza del barrio ya recibía trabajos de jardinería desde 1893, bajo la administración gubernamental de Daniel Traconis.
En la parte oeste de la plaza hubo una casa no ubicada con exactitud donde nació el general republicano Manuel Cepeda Peraza en 1828 el que fue obispo de Yucatán, Crescencio Carrillo Ancona, vivió alguna vez en Santiago, durante su infancia, en una casa de paja que se ubicó en la esquina de las calles 72 y 55 en 1908,en el predio 474 de la calle 70, nació Arturo García Rodríguez, que más tarde sería conocido en el medio cinematográfico como Arturo de Córdoba.