San Buenaventura, fray Gabriel de Religioso franciscano de origen francés. Fue predicador y definidor habitual de la provincia de San José de Yucatán, así como guardián del convento grande de San Francisco de Mérida. Su origen francés hace suponer que su formación en el campo de la gramática era distinta a la de sus contemporáneos de origen español, en gran parte orientada por la gramática latina de Nebrija. Por los biógrafos y bibliógrafos de la Orden Franciscana como Civezza y Sommervogel (1879), sabemos que además del arte de lengua maya (1684) escribió un vocabulario maya-español y español-maya, médico y botánico regional que nunca se imprimió y, al parecer, consta de tres tomos. Esta obra según Crescencio Carrillo y Ancona, constaba de más de 500 folios y se conservó hasta 1821 en el convento de San Francisco el Grande. En aquel año fue saqueado el mencionado recinto y destruido el documento, perdiéndose irreparablemente. También es autor de una doctrina en lengua maya que tampoco se imprimió. Hacia el final de su vida, fray Gabriel de San Buenaventura fue transferido a Cuba, donde murió después de 1695 sin que sepamos la fecha exacta de su deceso.
El arte de lengua maya es una obra única en su género por la estructura y concepción de esta lengua, de suma rareza ya que originalmente (1684) se imprimieron de ella escasos ejemplares por la imprenta de la viuda de Bernardo Calderón. Al parecer existen cuatro copias originales de las que sólo una tiene el texto completo, la cual se utilizó para la segunda edición de 1888, editada por Francisco Díaz de León con una introducción y notas de Joaquín García Icazbalceta. Ésta, que constó de 76 ejemplares numerados, permite tener una panorámica global del sistema verbal del yucateco colonial y su interacción con el sistema de pronombres y partículas enclíticas de esta lengua. El arte, de fray Gabriel, fue la tercera descripción que se elaboró sobre la lengua maya yucateca durante la época colonial y constituye uno de los monumentos de la teoría lingüística novohispana que, como continuación de la teoría gramatical de su tiempo, enfrentó las dificultades de la descripción de un nuevo universo de lenguas, cuyas estructuras, problemas y manifestaciones requirieron de los religiosos como San Buenaventura una nueva estrategia de análisis y comprensión de estos fenómenos y, por lo mismo, una reformulación de la teoría gramatical de su época.
La aportación más relevante de El arte, de San Buenaventura, es su clasificación verbal del yucateco, en la cual por vez primera incluye el concepto de verbo incorporado como distinto de los demás verbos de la lengua maya. El término incorporación se aplica a la descripción de una característica de los verbos de la primera conjugación que se combinan con la segunda clase de pronombres de la lengua y forman cuerpo con el verbo; esta técnica constructiva que hace que el predicado se inserte entre pronombres para constituir una sola palabra, permite que los pronominales que se posponen al verbo puedan participar en la oración maya, en calidad de objetos directos de un verbo transitivo, junto a la raíz verbal sin excluir al pronominal sujeto que obligatoriamente tiene que formar parte de la oración.
Fray Gabriel de San Buenaventura fue la fuente más importante para la Gramática yucateca, del barón Wilheim V. Humboldt (siglo XIX), no sólo por ser la única obra gramatical que consultó, sino porque de este Arte, Humboldt tomó conceptos y terminología que, repensados por él y en su momento, revolucionaron a la filología de su época, que retomaba las cuestiones de clasificación, filiación y reconstrucción lingüística del siglo XVIII con renovado ímpetu, para dar paso al surgimiento de una nueva disciplina de las ciencias del lenguaje: la lingüística. Puede considerarse que El arte de lengua maya, de San Buenaventura, y sus aportaciones sobre la incorporación verbal constituyó el puente de unión entre la lingüística novohispana sobre la lengua maya y la incipiente teoría de tipo lingüístico propuesta por los primeros europeos de aquel siglo.