Salesianos Los salesianos son religiosos cuya congregación fue fundada por San Juan Bosco en Italia en el siglo XIX. El nombre de salesianos proviene del de su patrono San Francisco de Sales. La Congregación Salesiana fue aprobada el 4 de abril de 1874 y su objetivo principal apostólico fue, desde el principio, la educación cristiana entre los jóvenes mediante talleres y la enseñanza de las artes y los oficios, sin olvidar los colegios, la buena prensa y los oratorios festivos. Estos últimos como espacios de recreación abiertos a los jóvenes, en los cuales pueden jugar y divertirse sanamente los días de fiesta, al mismo tiempo que asisten al catecismo y a funciones piadosas.
Los salesianos están presentes en todo el mundo. En México atienden obras apostólicas desde Tijuana hasta Yucatán. Los primeros hijos de San Juan Bosco llegaron a Veracruz para establecerse en la República Mexicana el 1 de diciembre de 1892. La primera obra que atendieron estuvo situada en la Ciudad de México y fue un asilo en donde los jóvenes aprendían un oficio. Anteriormente a los salesianos, el plantel fue atendido por cooperadores salesianos, grupo al cual perteneció el padre Enrique Pérez Capetillo, quien fue el primer director del Asilo Salesiano, (1890-1891).
Este sacerdote yucateco trabajó constantemente por llevar a Mérida a los salesianos desde 1892 hasta 1948, año en que solicitó por última vez a los salesianos para Yucatán. La idea del padre Pérez Capetillo fue retomada por un grupo de empresarios yucatecos y apoyada por el entonces arzobispo, monseñor Manuel Castro Ruiz. Estos empresarios, en respuesta al interés del prelado, establecieron un proyecto por el cual se fundarían centros de capacitación para el trabajo dirigido a los jóvenes más necesitados de Yucatán. Dos objetivos se marcaron para ello: primero, construir los centros formativos y de capacitación, y segundo, ayudar a los egresados de los centros a formar pequeñas empresas. Las personas que se involucraron en esta acción social religiosa fueron: el arzobispo Manuel Castro Ruiz y Miguel Mier Fernández, Luis Iturbe Redo, José Becil Dájer, Mario Martínez Campos, Luis Aguilar Ayala, Raúl Casares G. Cantón, Abraham Jorge Musi, Carlos Gómory Rivas y Fernando Ponce García.
La obra salesiana en Yucatán comenzó con un centro en el sur de la ciudad de Mérida y con la idea de que más tarde se crearan centros similares para atender a las jóvenes. De ellas se encargarían las Hijas de María Auxiliadora, grupo de religiosas fundado por San Juan Bosco y Santa María Dominga Mazzarello.
El grupo de empresarios proveyó las instalaciones y personal de apoyo a los salesianos. El primer centro o unidad educativa se llamó Alborada l y cuenta con canchas deportivas y aulas de trabajo donde se enseñan oficios como carpintería, electricidad, herrería y otras materias que ayudan a desarrollar la personalidad del joven. Cada unidad, que no es escuela, internado, ni reformatorio, comienza con 30 o 40 jóvenes. En estos centros son de valiosa ayuda los estudiantes de la Universidad Autónoma de Yucatán, de la Unimayab y del Instituto Tecnológico de Mérida. El objetivo de estas unidades juveniles no es otro que apoyar a los jóvenes desorientados, inconformes y con problemas personales a no delinquir. Es precisamente a lo cual se dedica, desde su inicio, la congregación fundada por San Juan Bosco en bien de los jóvenes pobres y más necesitados.