Salazar Ávila, Felipe «Pichorra» Poeta popular de los primeros decenios del sigo XX. Residía en el barrio meridano de San Cristóbal, en una casa ubicada en el cruce de las calles 69 y 52. Miembro de una familia de hermanos excéntricos (a uno le apodaban el «Dzon-loro», porque se decía que había fulminado un perico cuando se puso a practicar tiro con su pistola; otro, editor, tenía frecuentes sueños de realizar magníficas y monumentales ediciones), «Pichorra» no iba a ser la excepción. Una de sus costumbres era frecuentar las fiestas de los barrios y los pueblos cercanos, donde improvisaba bombas y versos, por lo cual era muy aplaudido y solicitado; sin embargo, lo era aún más, cuando embriagado realizaba composiciones donde entraba el doble sentido o la mofa. También era muy visto en las tabernas y en todo evento donde fuera posible decir versos festivos. Se conocen dos libros que recopilaron su trabajo: Pichorradas, musa erótica del poeta Felipe Salazar Ávila «Pichorra», de 26 páginas y sin pie de imprenta, Recopilaciones poéticas del célebre Felipe Salazar Ávila «Pichorra»,1940, segunda edición corregida y aumentada. Ambos libros incluyen sus poemas más célebres, como la oda que le hace a un bacal, la fábula de La codorniz y el nido, otro, La sanidad, donde alude al ojo tuerto del gobernador yucateco Olegario Molina Solís, una pequeña zarzuela que algunos califican de obscena, un poema basado en la música de acompañamiento del carrusel de caballitos que estaba instalado en el parque Recreos de Itzimná, entre otros.