Osorio, Baltazar de Alcalde mayor de Tabasco, que en 1531 confiscó las propiedades y bienes del Adelantado Francisco de Montejo en este territorio. En 1527, fue designado alcalde mayor de Tabasco por las autoridades que gobernaban la Nueva España en ausencia de Cortés. Sustituyó en este puesto al capitán Valecillo, a quien en 1525 había enviado Cortés a conquistar y pacificar la provincia de Tabasco. Sin embargo, Osorio no pudo extender permanentemente los límites del mando español, y no supo resolver los problemas básicos de los colonos, por lo que éstos comenzaron a inconformarse con su mando y a exigir se le sustituyera. En 1528, desesperados, decidieron abandonar la provincia si no se les enviaba protección adicional. Consecuentemente, enviaron a Baltazar de Gallegos a la Nueva España, con el fin de obtener ayuda. Montejo, como ya conocía las costas de Tabasco y del occidente de Yucatán, por su participación en las expediciones de Grijalva y Cortés en 1518 y 1519, así como también por su último viaje, consideró que esta provincia era excelente para establecer un punto ventajoso donde poder llevar adelante la conquista de Yucatán. En Veracruz, se acercó a los oidores de la Audiencia, solicitando el gobierno de Tabasco. Éstos le aclararon que no podía tomar decisión alguna hasta que llegara el presidente del nuevo tribunal, Nuño de Guzmán. Cuando llegó Guzmán a Veracruz, Montejo le informó que Tabasco le era necesario para la conquista de Yucatán, y dando importancia a la condición peligrosa de la provincia, pidió que fuera colocada bajo su mando. Gallegos apeló asimismo a Guzmán para la protección de Tabasco. Por todo esto, Guzmán y los oidores convinieron en designar alcalde mayor de Tabasco a Montejo en lugar de Baltasar de Osorio, nombrándolo poco después de que la Audiencia se instaló formalmente en la Ciudad de México. También le ordenaron hacer el juicio de residencia a Osorio. Se presentaron muchas quejas en contra del ex funcionario y Montejo, interpuso su influencia para que sus enemigos se apaciguaran. Sin embargo, Baltasar de Osorio, llegó a la capital de la Nueva España, se presentó a los oidores, y puso en juego todos sus medios y recursos para que le restituyesen en el gobierno. Trabajó con tal éxito, que la misma Audiencia que lo había destituido lo volvió a nombrar alcalde mayor de Tabasco, ordenándole que regresase a Santa María de la Victoria, y que, sin pérdida de tiempo, entrase de nuevo en posesión de su encargo. Cuando Baltasar Osorio llegó a Santa María de la Victoria, de inmediato ordenó aprehender a Montejo y a sus principales amigos, y los metió a la cárcel pública, a la vez que incautó todos sus bienes. Montejo, por su parte, envió protestas a la Audiencia de Nueva España, y ayudado por Juan de Lerma que le escribió al rey, pudo mejorar su grave situación. El 4 de abril de 1531, se despachó una cédula a la Real Audiencia de México, ordenándole que practicara información sumaria sobre los sucesos de Tabasco y con base en ello se actuara con justicia. Terminada esta averiguación, la Audiencia mandó restituir en el gobierno de Tabasco a el Adelantado Montejo, y Baltasar de Osorio tuvo que cederle el puesto. Dos cédulas reales del 19 de diciembre de 1533, concedieron a Montejo la administración de Higueras u Honduras, además del gobierno de Tabasco y Yucatán, jurisdicciones que más adelante terminaría por perder. Con relación a Baltasar de Osorio, tanto Molina Solís, en la fuente referida, como Chamberlain, en Conquista y colonización de Yucatán, no vuelven a hacer referencia de él.