Oviedo, Francisco (1797-1848) Militar. No se sabe con exactitud si nació en la isla de Cuba o en Santo Domingo. Falleció en Dzitnup, Yucatán. En 1822, llegó a Yucatán, procedente de Cuba, y se dedicó a formar músicos para las bandas de los batallones. Sirvió cinco años en el XIII cuerpo permanente y posteriormente seis años en el activo.
También perteneció a la brigada de artillería de Veracruz, donde organizó la banda de música, según lo manifestó el 26 de julio de 1836 a la Secretaría de Guerra y Marina, cuando pidió, sin efecto, que lo nombraran oficial de honor.
Asiduo asistente a las reuniones que se realizaban en casa de Josefa Escudero, pilar de los conservadores, en 1834 se presentó como voluntario ante el general Toro, jefe de las fuerzas centralistas, y tomó parte en el combate de Hecelchakán contra los federalistas de Felipe de Jesús Montero. El 26 de mayo de 1835, recibió un despacho firmado por el presidente Barragán y su secretario de guerra, Tornel, para desempeñarse como teniente de cazadores en el activo de Yucatán. Días antes, el 22 de mayo, varios centralistas yucatecos, certificaron en la Ciudad de México, que Oviedo siempre fue partidario del orden en Yucatán y constataron que en el primer activo sólo había un capitán y cinco tenientes, por lo que no era perjudicial que éste fungiera como teniente al estar nuevamente vacante esta plaza. Entre los centralistas figuraban el senador Tomás O’Horán y Argüello, ex gobernador de Guatemala, y Rafael Montalvo y Baranda, ex gobernador de Yucatán.
En enero de 1836, Oviedo obtuvo pasaporte para retornar a Yucatán como capitán, pero no pudo viajar. Insistió el 22 de marzo de 1837, desde Pueblo Viejo, Tamaulipas, donde pidió ir voluntariamente a la Campaña de Texas. En julio de ese año, suplicó nuevamente ir a Yucatán, para ver a su esposa gravemente enferma. El 16 de mayo de 1840, el periódico oficial del gobierno republicano federal de Yucatán, Los Pueblos, notificaba: «han sido dados de alta en el Ejército Federal, y respectivos cuerpos a que pertenecen, al darlos de baja el gobierno despótico de la Nación Mexicana, los recomendables y dignos patriotas: coronel Martín Peraza, teniente coronel Felipe de Jesús Montero, coronel graduado Francisco Oviedo y teniente Laureano Manzanilla». El 2 de agosto de 1842, el gobernador Méndez y el secretario de guerra y marina, Martín Peraza, le firmaron despacho de primer ayudante.
En marzo de 1848, Oviedo fue defensor de Valladolid, contra los indígenas sublevados. Cuando el caudillo de éstos, Miguel Huchim, invitó al coronel Rivero a su campamento de Halal, para celebrar unos tratos, éste accedió y fue acompañado por Oviedo, varios oficiales y el vicario de la mitra, Manuel A. Sierra O’Reily. Fueron hechos prisioneros en Dzitnup, los encerraron, y con excepción de Sierra, los sacrificaron a machetazos el 14 de marzo de 1848.